Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es1.157**) procesionalmente por las calles de la ciudad a visitar las cuatro iglesias, cantando devotamente las letanías de los santos, como la gente sencilla del pueblo. Idénticos espectáculos de fe se vieron en las provincias. Algunas semanas después de la primera comunión de Juan, hubo una solemne misión en el poblado de Buttigliera, lindante con la barriada de Morialdo. La nombradía de los predicadores atraía a las gentes de todas partes. Juan iba en compañía de otros muchos ((**It1.176**)) de su aldea. Después de una instrucción y una meditación, al caer de la tarde, los oyentes volvían a sus casas. Una de aquellas tardes de abril, Juan tornaba a casa en medio de una gran multitud, entre la cual iba un cierto don José Calosso, de Chieri, hombre muy piadoso, que, aunque curvado por los años, hacía el largo trecho de camino de unos cuatro kilómetros, para ir a escuchar a los misioneros. Era doctor en teología, había sido párroco de Bruino y luego se había retirado como capellán a Morialdo. Al ver a un muchacho de baja estatura, con la cabeza descubierta y el cabello recio y ensortijado, que iba tan silencioso en medio de los demás, puso sus ojos en él. Se podía colegir claramente que aquella compostura era voluntaria y no natural y que, en otros momentos, no hubiera habido árbol, por alto que fuera, a cuya copa no hubiera intentado subir aquel muchacho, ni foso tan profundo que no estuviera dispuesto a saltarlo. El sacerdote le llamó y empezó a hablarle de esta manera: -Hijo mío, de dónde eres? - íDe I Becchi! - De dónde vienes? Acaso has ido tú también a la misión? - Si, señor; he oído también los sermones de los misioneros. - íPues sí que habrás podido entender mucho! De seguro que tu madre hubiera predicado mejor. No te parece? - Es cierto. Mi madre me dice a menudo cosas muy bonitas. Pero eso no quita que yo vaya con gusto a oír a los misioneros, y creo haberlos entendido muy bien. - De verdad que has entendido mucho? - íLo he comprendido todo! - íVamos a ver! Si me sabes decir cuatro palabras de los sermones de esta tarde, te doy una propina. - Dígame si quiere que le hable del primer sermón o del segundo. - Del que quieras, con tal de que me digas cuatro cosas. Te acuerdas de qué trató el primer sermón? - Trató de la necesidad de entregarse a Dios y no dejar para más adelante la conversión. (**Es1.157**))
<Anterior: 1. 156><Siguiente: 1. 158>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com