Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es1.102**) civil vigilaba con bastante cuidado para proteger la moralidad pública y prestaba mano fuerte a los párrocos, cuando había algún desorden que corregir. Por otra parte, Juan no iba solo, sino acompañado de su madre o de personas de confianza a quienes la madre le encomendaba. De esta manera comenzó Juan a ir a las ferias que tenían lugar dos veces al año en Castelnuovo, y se presentaba muchas veces en los mercados, con el objeto de observar a charlatanes y saltimbanquis. Apenas se ebteraba de que había llegado a alguna aldea un volatinero que andaba sobre la cuerda o hacía juegos dificiles, acudía allí en seguida. El no iba a divertirse: iba a aprender. Iba con el propósito de observar atentamente hasta el más pequeño movimiento. A veces tenía que pagar diez céntimos para poderles ver trabajar desde más cerca. Se fijaba muy mucho para descubrir el menor ademán o gesto, hacer suyas las artimañas y copiar su habilidad. De vuelta en casa, se industriaba y se ejrcitaba repitiendo aquellos juegos, hasta que aprendía a hacerlos de la misma manera. Nadie puede imaginar los golpes, los tumbos, las caídas, las volteretas, que le sucedían a cada momento, en este ejercicio. Pero no le importaban; empezaba dando un salto y hasta dos, pero al tercero se daba un batacazo contra el suelo y se quedaba sin aliento. Se levantaba, descansaba un poco y volvía a sus ensayos. Se disponía a caminar sobre la cuerda; la colocaba a cierta altura, se subía a ella con un tosco balancín, fabricado por él e intentaba un paseo aéreo. Alguna vez cayó por tierra con peligro de haberse podido matar; pero, por fortuna, nunca se produjo daños graves, ni perdió su ánimo. Con tal constancia quién no lo creería?, a los once años era capaz de toda suerte de saltos y juegos. Sabía hacer juegos de manos, dar el salto mortal, hacer la golondrina 1, caminar con las manos, saltar y andar sobre la cuerda como un saltabancos profesional. También había aprendido otros muchos juegos de prestigio que causan maravilla a quienes no conocen sus trucos. Y además, él, que no se daba por satisfecho mientras no lograba la completa explicación de todo lo que sucedía ante sus ojos, había ido observando con insistencia todos los pasos //1 El juego de la golondrina es un ejercicio atlético difícil. Se clava en el suelo verticalmente una pértiga; el gimnasta la toma fuertemente con la mano izquierda a la altura del pecho, mientras con la derecha la agarra unos treinta centímetros más abajo, poniendo el codo sobre la cadera, teniendo así un punto de apoyo para las piernas, que se echan hacia afuera recogidas o separadas(cola de la golondrina) y en ángulo recto con la pértiga. El cuerpo permanece extendido rígidamente en perfecta línea horizontal. Entonces el gimnasta, separando los pies, imprime al cuerpo un impulso que le permite dar dos o tres vueltas alrededor del palo.(N. del T.)// (**Es1.102**))
<Anterior: 1. 101><Siguiente: 1. 103>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com