Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es9.867**) haberles enviado tan buenos pastores y confía que todo se arreglará para bien de las almas y la mayor gloria de Dios. De V.S.M.R. Su seguro servidor: Por don BOSCO PABLO ALBERA, Pbro. El último párrafo de esta carta debió animar a don Angel Modini a confiar en la ayuda de la Providencia. Así, algún tiempo después, se comenzó a advertir una saludable reacción en diversas localidades del Cantón y, al fin, la mayoría del pueblo ticinense, cansado de la larga opresión, rechazaba con sus votos, en 1875, la causa del liberalismo. En el 1876, el Gran Consejo Cantonal emprendía la revisión de la Constitución, promovida por los conservadores, que era el partido de la religión y del orden. Cierto número de liberales presentó entonces al Consejo Federal una violenta e injusta protesta, de forma que el Gran Consejo ticinense fue invitado a diferir sus deliberaciones. No había ley alguna que justificara una intervención semejante en la política interna de un Cantón; por consiguiente, el 28 de julio de 1876 se reunió el Gran Consejo y aprobó por unanimidad, un proyecto de ley encaminada a introducir la votación secreta en las elecciones cantonales. Fue un gran fracaso para los liberales, porque el antiguo sistema de votación pública y para grandes reuniones era para ellos una amplia apertura de corrupción, engaño y violencia. Después de esto, el Consejo de Estado ticinense, compuesto de liberales, no queriendo renunciar, aunque el pueblo hubiese condenado reiteradamente su política anticatólica, se había apoderado de la iglesia de los benedictinos en Bellinzona y había permitido a los jefes del municipio de Lugano que suprimieran a toda costa, aunque no lo lograron, el insigne periódico titulado: El Creyente Católico. Los liberales eran enemigos declarados de los conservadores. El 15 de octubre, último día de la fiesta del tiro al blanco, cincuenta o ((**It9.980**)) sesenta tiradores llegaron corriendo al vestíbulo del palacio de gobernación, gritando: -íAbajo el Gran Consejo! En medio de aquel tumulto, el Consejo de Estado, que ya esperaba a los rebeldes, determinó condescender en todo con su voluntad, es decir, derrocando al Gran Consejo elegido por el pueblo y convocar (**Es9.867**))
<Anterior: 9. 866><Siguiente: 9. 868>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com