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((**Es9.759**) FINALIDAD DE ESTA CASA Entre los muchachos que acuden a los Oratorios de la Ciudad, hay algunos en tales condiciones, que resultan inútiles todos los medios morales, si no se les presta socorro material. A veces se encuentran muchachos ya algo avanzados en edad, huérfanos o sin asistencia paterna porque los padres no pueden o no quieren cuidar de ellos, sin oficio ni cultura. Estos se hallan expuestos a los más graves peligros espirituales y corporales y no se sabe cómo evitar su perdición, si no se les tiende una mano bienhechora que los recoja y los prepare para el trabajo, el orden y la religión. La casa aneja al Oratorio de San Francisco de Sales tiene la finalidad de albergar a esta clase de muchachos. Pero, como no se puede recibir a todos los que se encuentran en semejante situación, es necesario establecer algunas normas para distinguir quiénes deben ser preferidos, según la gravedad de las circunstancias. CAPITULO I De la admisión Para que un joven pueda ser admitido en la casa, deben cumplirse en él las siguientes condiciones: 1.¦ Tener doce años cumplidos y no pasar de los dieciocho. La experiencia ha dado a conocer que, de ordinario, la juventud ((**It9.855**)) antes de los doce años, no está capacitada para hacer un gran bien, ni un gran mal; y que, pasados los dieciocho, resulta muy difícil hacer desaparecer costumbres adquiridas en otra parte para uniformarse a un nuevo régimen de vida. 2.¦ Ser huérfano de padre y madre, totalmente pobre y abandonado. Si tiene hermanos, tíos u otros parientes que puedan cuidarlo, está fuera de la finalidad de esta casa. 3.¦ Que no padezca enfermedad repugnante o contagiosa, como son la sarna, la tiña y similares. 4.¦ Son aceptados con preferencia los que asisten a los Oratorios de Turín, porque es de la máxima importancia conocer la índole de los muchachos, antes de recibirlos definitivamente en la casa. 5.¦ Al ingresar, han de presentar todos un certificado del propio párroco, testificando la edad, la situación de la familia a que pertenece el joven, el certificado médico de si ha pasado, o no, la viruela, de no sufrir enfermedades que le incapaciten para el trabajo. La carencia de este certificado puede suplirse con la visita del médico de la casa. 6.¦ Si el demandante poseyera alguna cosa, la llevará consigo a su entrada en el establecimiento y se empleará en su favor, porque no es justo que viva de caridad el que no está absolutamente necesitado. Al ingresar en el establecimiento, todo jovencito deberá considerar a sus compañeros como hermanos y someterse a sus superiores en todo lo que, según su cargo, le ordenen. Admisión en la sección de estudiantes Entre los muchachos admitidos en casa y recomendados de otro modo se encuentran algunos, que han recibido de la naturaleza aptitudes especiales para el estudio o para un arte noble, pero que, por falta de medios materiales, su ingenio (**Es9.759**))
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