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((**Es9.376**) la promesa infiel. Los dos niños murieron antes de los doce meses, dejando a aquellas familias en la mayor consternación. Otras volvieron a padecer las mismas desgracias y aun peores. Buscaron la razón y vieron que no habían cumplido lo prometido. Conviene también recordar aquí que Dios concede las gracias pedidas de diversos modos. A veces es necesario pedir durante largo tiempo y la perseverancia lo alcanza. Otras, se obtiene la liberación total de un mal; en ocasiones el mal no aumenta, sino que cesa del todo, o disminuye la intensidad. Hay casos en los que da la resignación al divino querer, nos libra Dios de otros males o nos cambia el favor temporal por otro espiritual que sirve para el bien eterno del alma. En todos estos casos nuestra oración, presentada por la Santísima Virgen ante el trono del Altísimo, fue escuchada, y nosotros le debemos profesar el más vivo agradecimiento y cumplir las promesas hechas. Obrando así, estamos seguros, como nos lo afirma el Evangelio, de ser oídos: Qui petit, accipit; (el que pide, recibe); nuestras oraciones no quedarán jamás sin fruto. Una petición A vosotros, piadosos bienhechores de esta iglesia y del asilo anejo, a todos los que leáis este recuerdo, me atrevo a dirigiros respetuosamente una súplica. Oíd: puede decirse que esta iglesia se ha terminado, pero aún quedan muchas cosas por hacer y pagar. Faltan muchas obras, muchos objetos y paramentos sacerdotales. Son necesarias, además, cosas y personas para desempeñar los distintos oficios del sagrado ministerio, por lo que os suplico continuéis vuestra beneficencia y hagáis llegar vuestras obras de caridad a la iglesia de María Auxiliadora y a los pobres muchachos del Oratorio de San Francisco de Sales. Nosotros, por nuestra parte, no dejaremos de invocar las bendiciones del cielo sobre nuestros bienhechores para que Dios, rico en gracias, os haga a todos felices en la tierra y en la eterna bienaventuranza. Se enviaba a los suscriptores dicho opúsculo, a finales de octubre, y ya el Venerable encargaba a personas instruidas y versadas en varias lenguas, especialmente en francés, ((**It9.409**)) otros opúsculos interesantes para la buena prensa, que los tradujeran al italiano o redactaran otros nuevos. El pensamiento de las Lecturas Católicas y la difusión de la buena prensa lo tenía siempre fijo en la mente. Escribía al noble señor Abel de Collegno: Queridísimo Señor: Hace ya mucho tiempo que deseaba encomendarle un trabajo, y por descuido lo he diferido hasta hoy. Aquí le presento dos biografías de santa María Magdalena. Haga una solamente con las dos: 1.° Suprimiendo las oraciones y reflexiones que no guardan relación con la narración. 2.° Omitiendo las descripciones francesas y conservando las de los santos lugares. (**Es9.376**))
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