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((**Es9.373**) cuando el sacerdote dice el Orate fratres, al responderle, se ponga de rodillas vuelto hacia el altar 1. Recomendó también la caridad al alternar con todos, abstenerse de hurtos y evitar todo trato y cualquier cosa menos decente. Don Bosco recomendaba en muchas ocasiones a los alumnos la exacta observancia de las ceremonias al ayudar a la santa misa y, en años anteriores, había expuesto la importancia de honrar a Dios con el culto externo. Pretendía con ello enamorarlos de la vocación sacerdotal. Una noche dijo: -De aquí en adelante, cuando no tenga un aviso, una noticia o una orden que daros, me contentaré con explicaros alguna palabra. Y tomaba esta palabra de las órdenes sagradas: -Tonsura -Ostiario -Exorcista -Lector -Acólito -Subdiácono -Diácono -Sacerdote -Obispo. Describía el oficio, la importancia, la dignidad, los ornamentos que distinguen a cada orden, su relación con la sagrada Eucaristía y con los fieles. ((**It9.405**)) Otras veces la tomaba de la jerarquía eclesiástica: -Párroco -Arcipreste -Canónigo -Obispo -Arzobispo -Cardenal; o de la liturgia: las velas, los candeleros, los manteles y demás enseres del altar; la casulla, la estola, el manípulo y otros ornamentos sacerdotales; la ceniza, las palmas, la bendición de la fuente bautismal, el cirio pascual, etc. Eran descripciones breves pero vivas, unidas a un recuerdo histórico o ejemplito que cautivaba la atención de los muchachos, de tal forma que, con frecuencia, apenas don Bosco aparecía en el púlpito, aquel viejo púlpito que hoy se debería guardar como una reliquia, prorrumpían ellos en un grito: -íLa palabra, la palabra! Para los meses de noviembre y diciembre había preparado para las Lecturas Católicas un opúsculo que trataba de una de las más queridas glorias del Oratorio. Se titulaba: RECUERDO DE UNA SOLEMNIDAD EN HONOR DE MARIA AUXILIADORA, POR EL PRESBITERO JUAN BOSCO. En la portada manifestaba su amor a la humildad con esta oración: íJesús, manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro!. -Trescientos días de indulgencia. -Pío IX, 25 de enero de 1868. 1 Eran ceremonias de la antigua liturgia para la celebración de los oficios divinos. Credencia, era la mesita o repisa, inmediata al altar, en la que se colocaba lo necesario para la celebración. (N. del T.) (**Es9.373**))
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