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((**Es9.336**) usted sabe también que siempre tuve en usted y en todo el Ayuntamiento un poderoso apoyo. Por todo esto, confío plenamente en su ayuda para este caso excepcional, dándome a conocer y ayudándome a allanar las dificultades, si las hubiere; por mi parte estoy dispuesto a ayudar como ya he escrito, a dar cualquier recompensa, garantía, indemnización, si fuese necesario, con tal de que pueda continuar los trabajos, que la actual estación no permite dilatar más. No tengo tribunal al que recurrir; pero acudo a su conocida y experimentada bondad, y a la equidad del responsable de los edificios que han de construirse. Con todo aprecio, De V. S. Ilma. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. Por entonces hizo don Bosco un corto viaje del que, como de tantos otros, no hacen mención las crónicas. Se deduce de una carta que la condesa Calvi escribió al caballero Oreglia, el 30 de septiembre: <>. Entre tanto, habiendo sabido el conde de Viancino que el Siervo de Dios estaba extenuado de fuerzas, invitóle a volver a su quinta de Bricherasio para descansar. Don Bosco le respondió, dándole noticias de un muchacho por él recomendado. Carísimo Conde: Cuando Cinzano fue a Bricherasio, quise contestar a su apreciada carta, y a la de su señora esposa. No pude entonces porque, como usted sabe, la enfermedad de don Miguel Rúa duplicó mis ocupaciones ordinarias. Ahora, gracias a Dios, ((**It9.363**)) está fuera de todo peligro y creo que cuanto antes podrá reemprender sus trabajos normales. Le agradezco, pues, la bondad con que me renueva su amable invitación para ir a pasar unos días de asueto. Ese es mi deseo, pero todavía no puedo precisar en qué semana, lo que espero hacer cuando vuelva de Castelnuovo de Asti con los muchachos. Entretanto he rezado y continuaré rezando por usted y por la señora Condesa, su esposa, para que Dios, en su gran misericordia, les consuele con una larga serie de días felices en la tierra y con la verdadera recompensa del cielo. Le advierto que Cinzano sigue siendo un modelo por su aplicación en los estudios y por su piedad; esperamos, con el tiempo, hacer de él un buen clérigo y un sacerdote que conquiste almas para el Señor. (**Es9.336**))
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