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((**Es9.234**) el Pesebre se convirtió en templo. San Cirilo nos informa que los Apóstoles consagraron en iglesia el cenáculo donde habían recibido el Espíritu Santo, sala que simbolizó también a la Iglesia Universal. Y hay más, según Calixto Nicéforo (Hist. lib. 2, cap. 33) fue tal la solicitud de los Apóstoles, que doquiera predicaban el Evangelio, consagraban una iglesia u oratorio y por esto el Pontífice San Clemente I, nombrado el año 93, sucesor a más de discípulo de San Pedro, entre otras ordenanzas, decretó que todos los lugares de oración fueran consagrados a Dios. Ciertamente en tiempo de San Pablo se consagraban las iglesias, a lo cual alude él, como quieren algunos doctores, cuando escribe a los Corintios, en el capítulo 11: Aut Ecclesiam Dei contemnitis? (>>O es que despreciáis a la Iglesia de Dios?) San Urbano I, elegido el año 226, consagró en iglesia la casa de Santa Cecilia, según cuenta Metafraste; San Marcelo I, elegido el año 304, consagró la iglesia de Santa Lucina, según cuenta el Papa San Dámaso I (cp. 21); y así por el estilo mil otros lugares y templos. No se trata, pues, de una simple fiesta religiosa ésta a la que asistiremos pasado mañana; es un sagrado anillo de signos sensibles que Dios da a los hombres de que quiere estar en medio de ellos y con ellos. No cause asombro, por tanto, la descripción de las solemnidades religiosas con las que se procederá a dicha consagración, cuyo programa damos resumido: <((**It9.243**)) y bendición. Jueves, 11: La misa solemne se omitirá, por la procesión del Corpus Christi que tiene lugar en la catedral. A las seis de la tarde, vísperas solemnes, sermón y bendición. Viernes, 12, y sábado, 13: Todo como el miércoles. Domingo, 14: A las diez de la mañana, misa solemne y sermón. A las cuatro de la tarde, vísperas solemnes, predicación y bendición. En las vísperas, se repetirá el concierto a tres coros de la antífona Sancta Maria, succurre miseris y en la bendición el Tantum Ergo a gran orquesta, como el martes. Lunes, 15, y martes, 16: Por la mañana, como de costumbre. A las seis de la tarde: vísperas solemnes, predicación, Te Deum en acción de gracias por los beneficios recibidos. Bendición. Miércoles 17, a las siete de la mañana: funeral en sufragio de los bienhechores difuntos de la iglesia y del Oratorio>>. Además, durante los ocho días, habrá misas rezadas y comodidad para recibir los santos sacramentos. Y siempre, de seis a siete, comunión general con breve plática por un Prelado. En efecto, muchos obispos aceptaron el encargo de predicar por (**Es9.234**))
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