Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es9.115**) colosales que reciben son cosas y hechos nunca vistos y nunca entendidos. íQué suerte la suya! íQué feliz sería si, en el hermoso mes de mayo, se me concediera la gracia de dar una vuelta por Turín para la inauguración de la nueva iglesia! íMas veo que es ciertamente imposible! El bonísimo del Caballero parece que, después de Pascua, se dispone a marchar, si no surgen nuevas dificultades... Parece imposible todo lo que hace y obtiene. VILLARIOS Nuevas cartas de Roma traían al Oratorio noticias referentes a Vigna Pía y requerían otras importantes de Turín. Roma, 18 de marzo de 1868 Rvdo. y carísimo P. Francesia: Sabrá que Federico está en San Eusebio haciendo ejercicios espirituales durante ocho días, juntamente con muchos otros. Me encargó que recogiera su correo. Llegó, pues, la carta que V. S. le envió ayer: se la llevé a San Eusebio. La abrió y apareció dirigida a mí. La leí delante de Federico, hablé con él del tema principal y me pareció que es muy contrario al proyecto de Vigna Pía. Pero usted sabrá o podrá saber sus razones si, como usted desea, le digo lo que pienso. En primer lugar no me parece dificultad el miedo a celos o envidias. Estas acompañan siempre a todo, sea bueno o malo. Y también algo de ello sabe don Bosco en Turín. Mas, no por eso, dejaría sus obras pías de Turín. Por tanto, esto no debe crear dificultades. ((**It9.115**)) Además, en la ciudad santa de Roma los celos y las envidias del bien serán, siempre caeteris paribus (análogamente) menores que en cualquier otra parte. En número y peso son siempre más aquí que en ninguna otra parte los que se preocupan por el bien. Además, la naturaleza de la obra de Vigna Pía es tal que admite poco las envidias. El emplazamiento está distante de la ciudad, el aire no es muy bueno. El conjunto es muy modesto. Creo que usted conoce bien la situación de las cosas, de la casa, de los ocupantes. Poco o nada hay allí que pueda suscitar envidias. Más aún, pienso que los que allí se encuentran procuran abandonar aquel lugar y los que vayan, si no tienen mucho celo y muy buen espíritu, no durarán mucho. No creo, pues, que la razón del temor de celos y envidias pueda tener fundamento. Añado que, tratándose de Vigna Pía, me parece difícil que la proposición de transferir el cuidado a don Bosco haya llegado sin previo entendimiento con Pío. Esto debe animar, confortar y, por lo menos, eliminar demasiados temores. Supuesto, además, que don Bosco, como usted me escribe, está firme en el sí, yo no vacilaría en unirme al sí. El fundador tiene las luces necesarias para el buen éxito de su obra inspirada por el Señor. Además, en el caso de que la cosa no resultara, siempre habría tiempo y modo para retirarse de ella, como ahora se retiran los que la tienen. Es necesario persuadirse de que este si, no es una obra gloriosa, ni cómoda, sino humilde, dura y difícil. Está en el campo y es una campiña insalubre; estarán como (**Es9.115**))
<Anterior: 9. 114><Siguiente: 9. 116>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com