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((**Es8.833**) Otra carta, dirigida a monseñor Formica, Obispo de Cúneo, nos recuerda muchas otras en las que trataba de la aceptación de muchachos y lo relativo a los mismos. Excelencia Rvma.: Será un poco difícil que el joven Morroni se adapte a la disciplina de esta casa a sus diecisiete años; no obstante, hagamos la prueba. Que se traiga solamente algunas prendas, conforme a la nota que acompaño, y venga después de Todos los Santos. El hijo de la viuda Rosa Serra será también admitido, si puede acomodarse al programa que le incluyo. Como la casa está completamente llena, debemos mandarle a él, o a otro, al lugar que en él se indica. Aprovecho la ocasión para augurarle toda clase de bendiciones celestiales, y mientras me encomiendo a mí y a los pobres jovencitos de esta casa a su caridad y a sus santas oraciones, tengo el alto honor de profesarme, De V. S. Rvma. Turín, 19 de octubre de 1867 Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. ((**It8.982**)) Pero las más cariñosas expresiones de afecto las tenía con sus exalumnos. Escribía a Juan Turco, de Montafía: Muy querido Turco: Tu carta me ha dado mucha alegría y me resultó muy grata Porque en ella me hablas con la antigua confianza, que para don Bosco es lo más querido en el mundo. Tomando tu carta solamente bajo un punto de vista, doy gracias al Señor que, en medio de los años más difíciles de la vida, te ha ayudado a conservar los sanos principios de la religión. Puede decirse que la edad más peligrosa ya ha pasado; cuanto más adelantes en años, más se desvanecerán las ilusiones que el hombre se hace del mundo y más se confirmará aquello que me dijiste, que solamente la religión es estable y puede en todo tiempo hacer feliz al hombre en esta vida y en la eternidad. Después de este poco de filosofía, te aconsejo que continúes con la profesión de agrimensor en que trabajas, que practiques la religión, especialmente la confesión frecuente que para ti es un verdadero bálsamo, pero que con todas tus fuerzas y con todos los medios posibles, asistas y consueles a tu buen padre en su vejez, etc., que, gracias a Dios, puede decirse es floridísima. En el pasado te he recomendado al Señor en la santa misa y lo haré con más gusto en el porvenir, puesto que me lo pides. También tú rogarás por mí, >>no es verdad? Tengo algunos libritos amenos para traducir del francés, >>me traducirías alguno? Sería publicado en las Lecturas Católicas. Tendré siempre una gran satisfacción cada vez que me escribas. Que Dios os bendiga a ti y a tu padre, y os guarde a los dos ad multos annos (por muchos años) con una vida feliz. (**Es8.833**))
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