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((**Es8.572**) adornan y del abundante bien que de ellas espera, que nosotros hemos aprendido de él a estimaros y amaros. Para que nuestro afecto se manifestara más dispuesto a los hechos que a las palabras, a más de cuanto hemos podido hacer para agasajar a este ínclito varón, benemérito de la Religión y de la humanidad, nos hemos decidido a ayudarle, cooperando dentro de nuestros posibles a la obra caritativa y santa, en la que cifra todo su pensamiento y afecto, esto es, en socorro de vuestras más apremiantes necesidades y al mismo tiempo llevar a término ahí la construcción de esa iglesia dedicada a la Virgen, nuestra abogada y madre amorosísima. Y no hay que creer que el efecto no corresponda al piadoso deseo, ya que el buen Dios no dejará de bendecir tan piadosa empresa; es más, próvido y misericordioso como El es, con los frutos de vuestras buenas obras, os mostrará cuán grande y señalado es el beneficio que os ha hecho de sacaros, principalmente en estos tiempos tan borrascosos, de los manifiestos peligros que acechaban vuestra inocencia, y reuniros en ese bienaventurado asilo de paz y seguridad. Humillémonos, pues, ante el Señor, y después de haber dado gracias por tantos beneficios como nos ha concedido e incesantemente nos concede, roguémosle para que nos asista con su gracia, para que conformados totalmente con su voluntad, con la santa perseverancia en el bien, nos conceda una vida pura e incontaminada. Y como éste debe ser el único fin de toda nuestra acción, también será el único premio, la única corona que esperan aquellas almas generosas que con tantas fatigas, abnegación e inestimable sacrificio, buscan el camino para dirigir el alma a la virtud y a la verdadera sabiduría. Entre tanto, queridísimos hermanos en Nuestro Señor Jesucristo, os abrazamos con todo afecto, y rogamos continuamente para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo habiten siempre en nuestros corazones. Así sea. Roma, Colegio Nazareno, día 13 de febrero de 1867 Los decanos de la VI sección: JUAN DATTI -JUNIO DEI - FELIPE NARDUCCI -HERCULES BALSANO- PABLO CARUSO -JULIO BUFALINI ((**It8.674**)) Unas semanas más tarde, llegaba la afectuosa respuesta del Oratorio: Beneméritos Señores: Cuando nuestro venerado superior y padre don Bosco estuvo en Roma, vosotros le colmasteis de tantas atenciones, que también nuestro compañero se enterneció y conmovió. No sólo quisisteis darle a él piadosas demostraciones de afecto, sino que dirigisteis vuestra mirada hasta nosotros, tan lejanos y desconocidos para vosotros, y nos escribisteis palabras llenas de amor fraterno. Gracias, señores, mil gracias. Y mientras apreciamos en esta vuestra bondad la óptima educación que recibís de los seguidores de san José de Calasanz, santo que tanto trabajó por el bien de la juventud, vemos también vuestra correspondencia a sus generosos esfuerzos. íOjalá pudiéramos nosotros imitaros! Envidiasteis nuestra fortuna, y es tal que hay que merecerla. Si vosotros al ver a don Bosco, una o dos veces, quedasteis tan impresionados, >>qué decir de nosotros que le vemos continuamente, oímos su santa palabra, y recibimos de él cada día el alimento que nos sostiene la vida? íSi pusiéramos en (**Es8.572**))
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