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((**Es8.44**) El enfermo ponía muchas dificultades pero, finalmente, se decidió a seguir mi imperioso consejo. -Pues ahora, concluí, le daré la absolución. El pobrecito estaba suficientemente arrepentido. Le hablé de la comunión y él me respondió que esto ocasionaba muchos inconvenientes en casa y, no era tan necesario. Yo, viendo que se había hecho lo más importante, porque se había confesado con las debidas disposiciones, no insistí. Al salir, recomendé a los de la casa que, si el enfermo pidiese el viático, avisasen a la parroquia, porque ya se había confesado; y que, si empeoraba, me lo hiciesen saber. Esperé algún tiempo, pero no vino nadie. Volví entonces para verlo y me encontré con que había pasado a la eternidad. El sufría un fuerte catarro que le ahogaba, pero tenía esperanzas de curarse. Llamaba a los mejores médicos y les decía: -Curadme y os daré lo que pidáis. Diez, veinte, cuarenta, cincuenta mil liras. La víspera de su muerte, fue un amigo a avisarle del peligro que corría y le dijo: -Amigo mío, todo se paga. Con dinero se obtiene todo; solamente la muerte no se puede pagar; por tanto, hay que pensar seriamente en la otra vida. El enfermo se conformó con cristiana resignación, sufrió aún por algún tiempo y después murió. Naturalmente, mis queridos amigos, no es ésta una muerte para proponérosla como modelo; sin embargo, como expiró después de recibir los santos sacramentos con cristiana resignación, es de esperar que el Señor habrá tenido misericordia de él. Pero advertid para vuestro bien las palabras que dijo aquel amigo al moribundo: Todo se paga; la muerte es lo único que no se puede pagar. Hay que estar preparados, porque cuando ella venga no hay modo de mandarla atrás. ((**It8.37**)) 9 de febrero Esta noche quiero daros un aviso. Me sabe mal oír que empleáis ciertas palabras despectivas contra la sopa y otros alimentos. Algunos muchachos bromistas, cuando inventan un mote despreciativo, lo comunican a sus compañeros. >>Qué dirán vuestros padres cuando volváis a casa, si advierten por vuestro hablar que no sabéis llamar a las cosas por su propio nombre? íSois estudiantes! Por consiguiente, como tales, debéis mostraros serios y bien educados en toda ocasión. >>Qué diríais, por ejemplo, si vieráis al general La M…rmora tirándose bolas de nieve en la plaza del Castillo con el general Cialdini? Os pondríais a reír a sus espaldas. Por tanto, procurad que nadie se ría a vuestra costa, haced como veis hacer a los hombres respetables: no os diré que imitéis a don Bosco, a don Juan Bautista Francesia, a don Celestino Durando, etc.; pero obrad como obran los hombres serios y prudentes. Tened dominio sobre vosotros mismos. Preguntaos: >>qué haría en este momento si estuviesen presentes mis padres, si estuviese delante mi párroco o me hallase a la vista de mis amigos? Si lo hacéis así, actuaréis y hablaréis siempre cuerdamente. Pasemos a otra cosa. El carnaval se nos escapa a toda prisa: sigamos santificándolo como nos habíamos propuesto. Hagamos cada día la comunión sacramental o espiritual, según nos sea dado, y no dejemos de proferir alguna jaculatoria durante el día. Si, además, queréis que os dé una florecilla para mañana, os la daré. Mañana es viernes, día en que se recuerda la muerte del Señor, que murió por nosotros. Pues(**Es8.44**))
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