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((**Es8.18**) Virgen, los apóstoles, los evangelistas y algunos ángeles en la parte superior. Al pie del mismo, bajo la gloria de la Virgen, iría el Oratorio. Se arrendó un amplísimo salón del palacio Madama y el pintor empezó inmediatamente su trabajo; éste le ocuparía casi tres años. Estaba a punto de terminarse el cuadro cuando se dio cuenta de que el magnífico león colocado junto a san Marcos atraía tan poderosamente la atención que la apartaba algo del ((**It8.5**)) personaje principal. Tuvo, pues, que darle una expresión menos viva. La Virgen le quedó verdaderamente estupenda. <>-íMire qué hermosa es! No es obra mía; no soy yo quien pinta, hay otra mano que guía la mía. Y ésta, a mi parecer, pertenece al Oratorio. Diga, pues, a don Bosco que el cuadro saldrá como él lo quiere. >>Estaba locamente entusiasmado. Después se puso de nuevo a su trabajo>>. Y nosotros añadimos que, cuando se llevó el cuadro a la iglesia y se colocó en su lugar, Lorenzone cayó de rodillas derramando abundantes lágrimas. Tras la pintura, vino la música en honor de María. A fines del 1864 había puesto don Bosco la banda de música del Oratorio bajo la dirección del maestro Juan De-Vecchi. Fue una magnífica elección. Era el maestro un hombre de genio musical, profundo conocedor de su noble arte e incansable en cuidar que sus alumnos aprovechasen al máximo sus lecciones. Durante casi veinte años escribió para ellos bellísimas composiciones religiosas y profanas. Ellas entusiasmaban a los oyentes en la iglesia, en los patios y en el teatro. El día 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor, se representó en el teatro la obrita La Casa de la Fortuna para muchos generosos bienhechores que consideraban las empresas de don Bosco como propias.(**Es8.18**))
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