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((**Es7.716**) del mismo, de los cuales Monseñor había sido testigo, y lo mostró como un ejemplar de observancia en el cumplimiento de los deberes sacerdotales, de profundísima humildad y de celo apostólico por la salvación de las almas. <> <> A la vuelta de Vercelli, reanudaba don Bosco sus pláticas a los muchachos. ((**It7.842**)) 27 de diciembre.-Me desagrada tener que decir esta noche algo que honra poco a ciertos jóvenes. Ya hace algún tiempo que desaparecen, ora a uno, ora a otro, libros, dinero, fruta, corbatas, papel, etc... También el año pasado hubo ladronzuelos en casa, pero fueron descubiertos. Unos fueron expulsados enseguida; otros tuvieron que irse porque los demás compañeros les sacaban a la vergüenza pública y hacían chacota llamándoles ladrones. Así, pues, los autores de estos hurtos, cambien de costumbre, porque de otro modo, si son desenmascarados, pagarán también la pena. Encargo, por consiguiente, a los clérigos y a todos, vigilar para descubrirlos. >>Queréis que os dé pistas para pillarlos? Los que continuamente comen por gula, y en particular los que tienen el descaro de comer carne los viernes o el sábado ante sus compañeros; los que, en lugar de ir a clase andan dando vueltas por el Oratorio; los que, por el más mínimo pretexto, se quedan en los dormitorios, sospechad también de ellos; no es una sospecha temeraria, sino bien fundada. Puede que alguno de estos infractores de los reglamentos sea inocente, pero tiene todas las apariencias de culpable. Estos hurtos me disgustan, porque ofenden a Dios, mas por otro lado me complace que algunos desobedientes experimenten qué les sucede a quienes no entregan el dinero al Prefecto, a pesar de mis repetidos avisos. íSon unos testarudos! íPeor para ellos! Pero a los ladronzuelos les diré que muchos de los que se pierden por robar, comenzaron por adueñarse de lo ajeno en pequeña cantidad, adquirieron el hábito y ya no se corrigieron. Hoy un libro, mañana dos monedas, unos cuadernos una vez, unos sellos otra, e id añadiendo, poquito a poco se van sumando las cosas y, casi sin darse cuenta, se llega a materia grave. Y tened en cuenta que cuando uno llega a materia grave, aunque no hubiese advertido (**Es7.716**))
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