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((**Es7.71**) pero, en apagándola, después de unos minutos, de nuevo se movían las ropas. Estremecido por un misterioso escalofrío, encendía otra vez la vela y al momento cesaba aquel fenómeno, que se repetía cuando la habitación quedaba a oscuras. Una vez vi apagarse la luz por un potente soplo. A veces comenzaba a bailar la almohada bajo mi cabeza precisamente en el instante en que empezaba a dormirme. Hacía la señal de la cruz y acababa aquella molestia. Recitaba una oración de nuevo y me acomodaba esperando dormir al menos por algún minuto; mas, apenas comenzaba a dormirme, era sacudida la cama por una fuerza invisible. La puerta de mi habitación chirriaba y parecía abrirse empujada por un viento impetuoso. >>Con frecuencia oía insólitos y espantosos ruidos encima de mi habitación a manera de ruedas de carros a todo correr. A veces un agudísimo grito me sobresaltaba de improviso. Una noche vi abrirse la puerta de mi cuarto y penetrar, con las fauces abiertas, un horrible monstruo que avanzaba para tragarme. Hice la señal de la cruz y el monstruo desapareció. >>Hasta aquí el relato de don Bosco escuchado por mí y los principales superiores del Oratorio. De todo este alboroto no se habían enterado los que vivían en las habitaciones vecinas. Sin embargo, una noche don Angel Savio, que había resuelto velar en la antesala de don Bosco para cerciorarse de aquel suceso, hacia media noche oyó de repente un extraño ruido; no pudo resistir el miedo que se apoderó de él y, lleno de espanto, huyó a su propia habitación. Era un hombre valiente, que se había mostrado impávido en muchas ocasiones, que no temía obstáculos, ni enemigos, dispuesto a afrontar todo peligro. ((**It7.71**)) >>Don Bosco habría deseado que alguien velase con él, mas ninguno tuvo valor. El clérigo Bonetti fue una vez con el clérigo Ruffino a pasar la noche en la antigua biblioteca; pero, después de escasos minutos, se retiraron sobrecogidos de pavor. Por eso hubo de resignarse a estar solo, esperando a que terminase aquella importuna molestia>>. Hasta aquí monseñor Cagliero. Pero puede decirse que Bonetti escribió los partes oficiales de esta guerra, que duró meses enteros, y que nosotros copiamos de su crónica. <<12 de febrero. Don Bosco nos refirió lo siguiente: >>La noche del 6 al 7 de este mes, apenas me había acostado y empezaba a dormirme, cuando siento que me agarran por la espalda y me dan una sacudida tal que me asustó muchísimo. >>-Quién va?, me puse a gritar.(**Es7.71**))
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