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((**Es7.707**) y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad)1. Se había divulgado que las doctrinas de la Santa Sede ya no producían frío ni calor en la moderna civilización y resultó que ante la palabra del Papa, transmitida a todas las iglesias del mundo, la sociedad entera se conmovió profundamente. Miles de periódicos, aun los liberales, publicaron la Encíclica y el Sílabo; las sectas, atrozmente diabólicas, vomitaron furiosos insultos y blasfemias en sus revistas y asambleas. Los gobiernos de Francia y de Italia intentaron en vano sofocar la palabra del Pontífice con reuniones de Ministros, circulares amenazadoras a los Obispos, decretos prohibiendo publicaciones y comentarios pastorales, cartas diplomáticas, instrucciones inquisitorias a la policía, ((**It7.831**)) mientras millones de auténticos católicos y sus Obispos gritaban con inmenso aplauso: -No con Belial, sino con Jesucristo y su Vicario. La Santísima Virgen había recibido entre tanto los debidos honores por parte de los muchachos de don Bosco, quien seguía hablando todavía de las vocaciones en los días siguientes. 10 de diciembre.-Habíamos dicho que el primer medio para saber a qué estado nos llama Dios son las buenas obras. El segundo es aquél del cual dice san Pablo: Oportet autem illum et testimonium habere bonum ab iis qui foris sunt (Es necesario también que tengan buena fama entre los de fuera). >>Quiénes son ésos que, estando fuera, deben dar su testimonio? Son el padre, la madre, el párroco, sus paisanos, el director del colegio o centro de educación donde nos encontramos. Por director, por ejemplo aquí en nuestro Oratorio, no entiendo hablar sólo de mí sino de todos los que aquí tienen cuidado de vosotros. Los muchachos demuestran muy pronto con su comportamiento dónde les llama Dios y, de acuerdo con esta conducta, los que foris sunt (los de fuera) dan su opinión. Cuando se ve a ciertos muchachos, que están devotos en la iglesia, que son reservados en el trato y afables con todos, oís que se dice de ellos: -íQué buen sacerdote será ése! Lo mismo que se oye de aquel otro: -íQué buen militar resultará! Y de un tercero: -De éste haremos un excelente panadero. ->>Os reís? Pues bien, decidme: ciertos muchachos holgazanes, que están aquí en el Oratorio, los cuales, a pesar de comer pan a dos carrillos en la comida y en la cena, de desayunar una cantidad mayor que la que se da en otros colegios, de zampar otro zoquete a la merienda, todavía, no satisfechos, se esconden a la comida y a la cena cinco o seis panecillos, como si temiesen morir de hambre. Decid vosotros:>>éstos, no presentan claras señales de que su vocación es la de panadero? >>Y sabéis para qué hacen esta recolección de pan? Os lo diré. No han hecho el trabajo o no saben la lección, y por este o por cualquier otro motivo, no quieren ir a clase; se hacen 1 Juan: XVIII, 37. (**Es7.707**))
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