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((**Es7.584**) sobre la enseñanza privada y sobre las escuelas dirigidas por entes morales, familias religiosas y sobre seminarios de estudios secundarios, debe éste rogar a V.S. Ilma. se digne transmitir a esta oficina, antes de que termine el mes de julio próximo, la relación del propio Centro. El R. Delegado F. SELMI Estas peticiones hacían sospechar que el Ministerio tenía proyectos hostiles contra los educadores eclesiásticos. Los periódicos de la revolución insistían para que fuesen suprimidas las corporaciones religiosas docentes. El ministro Pisanelli, a través de decretos y normas, tomaba continuamente odiosas medidas contra la Iglesia; en enero había intentado, con diversas vejaciones, la secularización de los seminarios, había hecho cerrar el de Caltanisetta, y prohibía en junio a las órdenes religiosas recibir novicios. Las sospechas de los católicos aumentaban desde que el ministro Amari ordenaba, por decreto del 20 de julio, que se cerrasen las escuelas secundarias anejas al Seminario de Bérgamo, a la par que se intentaba suprimir con inacabables persecuciones dos colegios diocesanos de la misma provincia de Bérgamo. El 13 de septiembre enviaba Pisanelli una circular a todos los obispos pretendiendo le dieran cuenta exacta de los Seminarios, de sus profesores, del número de alumnos seminaristas y no seminaristas, de las pensiones, de las rentas, del número de ordenaciones durante un decenio; y con la explicación del funcionamiento en todos los aspectos, de cada Seminario, desde su fundación hasta el momento presente. Mas la caída del Ministerio el 23 de septiembre cortaría los desafueros de aquel triste abogado; y al mismo tiempo dejaba a un lado el odioso proyecto de la ley que hacía meses se iba incubando. ((**It7.690**)) El 28 de abril había presentado a la Cámara el Ministro de la Guerra, general De la R_vere, el proyecto para abolir la exención del servicio militar en favor de los clérigos; y en junio, la Comisión encargada de revisar el proyecto, encontraba justas las prisas del Gobierno y sus intenciones. El 8 de julio se aprobaba la Ley en la Cámara de diputados por ciento sesenta y un votos contra cuarenta y cinco. No se hizo el menor caso de muchísimas peticiones en contra, firmadas por millares de ciudadanos, ni de las reclamaciones de los obispos. Mas el 16 de julio, por haberse terminado las sesiones del Senado, no se pudo discutir y aprobar definitivamente la ley. (**Es7.584**))
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