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((**Es7.58**) la instrucción religiosa. Además de las primeras clases elementales en los Oratorios festivos y en el Internado, había comenzado, desde el principio, a reunir en Valdocco un gran número de estudiantes de la ciudad en la vacación de los jueves. Preocupado por su formación, recomendaba a las familias que los enviasen a colegios donde era segura la enseñanza cristiana; iba a verlos en las escuelas públicas, cuyos profesores eran amigos suyos, para enseñarles la doctrina cristiana; admitía a cierto número de ellos para seguir regularmente el bachillerato; para su mayor provecho reorganizaba el colegio de Giaveno; y más tarde establecía para ellos, durante los cuatro meses de las vacaciones de verano, clases particulares de repaso y preparación para exámenes. Había abierto en 1861 a sus expensas un internado para aquellos jóvenes que, por edad u otro motivo no podían ingresar en el Oratorio, alojándoles en un apartamento de casa Bellezza, es decir, en la antigua Jardinera. El maestro Santiago Miglietti, a quien se los había confiado, les acompañaba cada mañana a la vecina iglesia de San Francisco para asistir, en los días festivos, a todas las funciones con los muchachos del Oratorio, y entre semana para escuchar la santa misa celebrada aparte. Durante el día, les daba clase en la sala de al lado de la portería, junto con otros chicos que andaba reuniendo por los alrededores. Por la noche, acudían presurosos a él muchos jóvenes de la población para aprender a leer, escribir y hacer cuentas. La clase elemental nocturna y diurna contaba dieciséis años de vida y producía ya considerables y buenos frutos, mientras don Bosco ((**It7.55**)) había redactado poco a poco y practicado un reglamento que, al fin y después de muchos años, imprimía. Debía servir de norma para las escuelas de todos los futuros oratorios festivos, y se añadió al de Valdocco con el título de: Tercera parte: De las escuelas elementales diurnas y nocturnas 1. En el año 1862, después de serias dificultades y oposiciones, logró implantar unas modestas escuelas católicas en la avenida de Víctor Manuel de Turín, para contrarrestar a las escuelas protestantes. En diciembre de 1857 había presentado don Bosco este proyecto en la reunión general de las conferencias de San Vicente de Paúl y, de vez en cuando, se había trasladado a Ivrea para consultar sobre esta empresa al Obispo Monseñor Moreno. Léese en la crónica de Bonetti: 1 Véase el Apéndice n.° 1.(**Es7.58**))
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