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((**Es7.544**) clero infantil, cuya virtud ponderaba don Bosco ((**It7.641**)) poniéndola a la altura de la de Domingo Savio. Pues bien, en este mismo día, 27 de marzo, escribía don Domingo Ruffino en su crónica: <>-Quieres ir al Paraíso? >>-Iría con mucho gusto, contestó el jovencito. >>-Pero antes, hay que hacer algo de penitencia, agregó don Bosco; y luego irás. >>Unos días después caía enfermo Pittaluga, víctima de una ciática, enfermedad de la que no había notado ningún síntoma anteriormente>>. <>-Si me dejo llevar por mi presentimiento, este muchacho no volverá al Oratorio. (Estaba en vísperas de ir a su casa, en Tortona.) Parece que, si supura la pierna, debiera curar enseguida; pero, creo que no curará>>. <>-Siravegna, pide al Señor que te conceda la salud. >>El joven, que se encontraba bien, respondía siempre: >>-íNo necesito esa gracia! >>Pero, a poco, un mal le atacó de improviso y le postró en cama>>. El 29 de marzo regresaban al Oratorio los alumnos que habían ido a su casa; pero dos de ellos no comparecieron. También había previsto don Bosco su fin. Don Domingo Tomatis, salesiano y hoy misionero en Chile, era aquel año alumno del Oratorio y muy amigo de dos condiscípulos suyos, Francisco Vicini y Pablo Aiachini, ambos modelos de virtud. Un sábado por la tarde salieron los tres juntos del estudio para ir a confesarse y se encontraron con don Bosco que entraba en el Oratorio. Don Bosco puso su mano sobre la cabeza de Vicini y le preguntó: -Eres amigo de don Bosco? ((**It7.642**)) -Imagine, don Bosco, si lo soy, respondió Vicini. -Quieres ir al paraíso? Bueno, te doy permiso. Luego puso la mano sobre la cabeza de Aiachini: -Y tú, eres amigo de don Bosco? (**Es7.544**))
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