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((**Es7.525**) Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Rector: El próximo viernes por la mañana tendré ocasión propicia para hacer llegar mi escrito a manos del Santo Padre; no me falta más que la implorada carta comendaticia en que V.S. Ilma. y Rvdma. me hacía confiar. Si, por tanto, usted me la puede obtener, me haría un doble favor, por la cosa en sí misma, y por la oportunidad que se me presenta. Ruégole me disculpe las repetidas molestias y créame, como con sincera gratitud tengo el honor de profesarme. De V. S. Ilma. y Rvdma. Turín, 10 de febrero, 1864. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. Con la respuesta recibía el suspirado documento. CARTA COMENDATICIA DEL VICARIO GENERAL DE TURIN En la presente y grave necesidad de enseñanza y educación lo mismo religiosa que civil, nos resulta de gran satisfacción ver que el Oratorio de San Francisco de Sales, fundado hace tres lustros por el benemérito sacerdote don Juan Bosco, en la zona de Valdocco de esta ciudad, no sólo se conserva, sino que florece y amplía su casa y personas. En este internado, o bien Oratorio, se albergan muchos jóvenes que, por falta de padres o de fortuna, estarían casi abandonados o al menos sin medios para recibir una educación cristiana y cívica, adaptada a sus condiciones. Muchos de estos jóvenes aprenden un arte u oficio, con que poderse ganar la vida honradamente; otros son preparados en los estudios elementales e instruidos en bellas letras, para emprender después un curso regular de estudios conforme a su condición y capacidad. Bastantes de ellos abrazaron el estado eclesiástico y, acabados ((**It7.620**)) los estudios teológicos, recibieron la ordenación sacerdotal y colaboran con celo en las obras de su padre común. De dicho Oratorio dependen otros dos, a saber, el del Angel Custodio, en el barrio de Vanchiglia, y el de San Luis en Puerta Nueva; en ellos, se reúnen en los días festivos muchos fieles para oír la santa misa y la instrucción de la doctrina cristiana, y son exhortados a la santificación de las fiestas y la frecuencia de los santos sacramentos. Todos esos cuidados y fatigas, desplegados por este insigne sacerdote para alentar a los muchachos buenos por el sendero de la virtud y apartar a otros del camino del error y del vicio; todo este celo por la salud espiritual y aun temporal del prójimo y para enderezar hacia el Santuario a jóvenes de buenas esperanzas, ciertamente merecen especiales elogios del Superior Eclesiástico. Además, estos nuevos sacerdotes, y colaboradores del loado sacerdote viven bajo ciertos reglamentos y con tan ejemplar conducta, que causan edificación a los alumnos confiados a su cuidado. Por este motivo, creo digno a este pío sacerdote de ser recomendado a la Santa Sede, a fin de que alcance aquellas gracias y favores que pueden procurar incremento al Oratorio y familia religiosa y conseguir mayor bien espiritual a la ciudad y diócesis de Turín. Por todo ello le recomendamos humildemente y con afecto a la bondad del Santo (**Es7.525**))
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