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((**Es7.498**) Don Bosco respondió que no: -Porque necesito, dijo, que me ayudéis a cumplir el que di en general. Así acababa el año 1863 y, aunque don Bosco no hubiese dado un aguinaldo a cada uno en particular, muchos jóvenes, al estilo de otros años, le entregaban su propio aguinaldo en un papelito que él recibía con agrado. Uno sólo de ellos llegó a nuestras manos, el de César Chiala, el cual le ayudaba, como ya hemos dicho, en la redacción de las Lecturas Católicas. No es ninguna amonestación, sino más bien la exposición y aprobación de una norma de conducta recibida de don Bosco. Dice así: Interroga libenter et audi tacens verba sanctorum: nec displiceant tibi parabolae seniorum: sine causa enim non proferuntur. (De Imitatione Christi, Lib. I. Cap. V.). Pregunta de buena gana y escucha en silencio las palabras de los santos: no te disgusten las parábolas de los ancianos: pues no se profieren sin causa). (De La Imitación de Cristo, Libro I, Capítulo V). (**Es7.498**))
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