Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es7.449**) jóvenes a ellos confiados; que sean puntuales a su deber y vayan a recreo con los alumnos. 4.° Si descubrieres que alguno de ellos sostiene una amistad particular o adviertes, aun de lejos, que su moralidad corre peligro, cámbiale con prudencia de lugar y, si es preciso, dale otra ocupación; si pusiere en algún riesgo la moralidad de un compañero o de un alumno, apártalo rápidamente de la ocupación y comunícamelo enseguida. 5.° Reúne de vez en cuando a los maestros, a los asistentes, a los jefes de dormitorio y de paseo y dí a todos que impidan las malas conversaciones, y que alejen los libros, revistas, grabados, hic scientia est (aquí está la ciencia) y cualquier otra cosa que ponga en peligro la reina de las virtudes, la pureza. Den buenos ejemplos, tengan caridad con los muchachos y, si conocen un alumno peligroso para sus compañeros, que te lo digan y sea objeto de las solicitudes de todos. Con las personas de servicio 1.° No tengan demasiada familiaridad con los alumnos y haz de modo que puedan oír la santa misa cada día y acercarse a los santos sacramentos cada quince días o una vez al mes. 2.° Emplea mucha caridad para mandar y haz saber en toda circunstancia que deseas el bien de su alma. No se permita que entren mujeres en los dormitorios de los jóvenes o en la cocina, ni traten con ninguno de la casa, si no es por razón de caridad o de necesidad. 3.° Si surgen disensiones entre las personas de servicio y los alumnos u otras personas ((**It7.526**)) del Seminario, escucha a cada uno con bondad; mas, por vía ordinaria, di separadamente tu parecer de manera que uno no sepa lo que se dice al otro, salvo que hubiere circunstancias que persuadan a obrar diversamente. 4.° Póngase un encargado para las personas de servicio de honradez conocida; vigile éste especialmente el trabajo y la moralidad de los subalternos y se encargue con celo de que no se cometan robos ni se mantengan malas conversaciones. Con los alumnos 1.° No aceptes jamás por ningún motivo a un muchacho expulsado de otros colegios o que te conste es de malas costumbres. Si, a pesar de las debidas precauciones, se admite a uno de este género, dale siempre un compañero seguro y que no le abandone. A la primera falta que haga corrígele, y a la segunda sea inmediatamente expulsado del Seminario. 2.° Haz recreo con los alumnos siempre que puedas y aprovecha ese momento para decirles alguna palabrita afectuosa que tú sabes, al oído, a medida que se ofrezca la ocasión y adviertas la necesidad. Este es el gran secreto para adueñarte del corazón de los muchachos. 3.° Ofrécete para confesarlos, pero dales libertad de hacerlo con otros, si lo desean. Procura alejar hasta la sombra de sospecha de que recuerdas lo que te fue dicho en confesión. No exista sombra de parcialidad entre quien se confiesa con uno antes que con otro. 4.° Funda la compañía de la Inmaculada Concepción, pero deja la dirección en manos de los mismos socios. (**Es7.449**))
<Anterior: 7. 448><Siguiente: 7. 450>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com