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((**Es7.322**) pero don Angel Savio, ecónomo del Oratorio, de primera intención había pensado, y así lo había sugerido a otros, construir el sagrado edificio en un lugar más a la vista y más cómodo para la población; esto es, al fondo de la avenida de Valdocco, donde se alzaba una linda quinta de los señores Filippi con un amplio patio, contigua por levante con la propiedad que estos mismo señores habían vendido a don Bosco. Efectivamente, aquí habría terminado una ancha calle que, partiendo del espacioso Rondó, denominado entonces de san Máximo, rodeado de altísimos y frondosos árboles, hubiera prestado una majestuosa entrada a la iglesia; por el contrario, para llegar al terreno de los Rosminianos no había entonces más que callejuelas o senderos, algunos de los cuales lo atravesaban; y alrededor acequias y zanjas. -A pesar de todo, nos dijo años después don Bosco, yo había visto que la iglesia debía levantarse en el preciso lugar del martirio de los santos Solutor, Adventor y Octavio; había contemplado también aquí todo el futuro Oratorio con la fachada en forma de herradura de caballo y la iglesia en medio. Pero no dije nada de esto a don Angel Savio y le permití que fuese a hablar con los señores de Filippi. Se iniciaron los trámites para la compra. El contrato ya estaba terminado verbalmente ante testigos, se había fijado el día para firmar la escritura, y ya se había avisado al notario; pero he aquí que a los propietarios se les ocurrió decir que no estaban conformes con las condiciones establecidas. Se rompieron por consiguiente los tratos. Añade la crónica de Bonetti: <>-íPaciencia! íEl Señor nos ayudará de otro modo! >>Se le aconsejaba acudir a los tribunales, dado que los señores Filippi no podían negar que habían comprometido su palabra en el contrato. Pero don Bosco respondió a don Angel Savio: >>-No, no; hazles sólo saber que me sabe muy mal esta su resolución, ((**It7.374**)) pero, con todo, que deseo mantener siempre con ellos mis buenas relaciones. >>Algunos días después, habiéndole yo preguntado qué pensaba sobre el caso, respondió: >>-iEh, mira! Nuestra casa siempre ha tenido que caminar a través de la contradicción, y también en esta ocasión viene el demonio a enredar las cosas. Mas el Señor nos ayudará>>. (**Es7.322**))
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