Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es7.128**) ocasiones, insinuándole bonitamente que no era conveniente se introdujera demasiado en aquella dirección, y que, en cambio, se mantuviese alejado de ella para no hacer sombra al Rector. Don Bosco, aunque sabía muy bien quien inspiraba aquellas cartas, respondía pasando por alto tales comentarios. No ignoraba él que, de acuerdo con el Concilio de Trento, todo seminario dependía de la autoridad diocesana, pero ésta todavía no había osado revocar un mandato que con tanta amplitud de poderes le había conferido a él. Moría mientras tanto su principal apoyo, el Arzobispo. Y algunos del clero de Giaveno, sobornados por los descontentos, iban diciendo que don Bosco con su predominio en el colegio, hacía perder a la Curia el prestigio que solamente a ella pertenecía. Escribieron en tal sentido al canónigo Vogliotti, presentándole las cosas de un modo que hería el amor propio. Los señores de la Curia tomaron en consideración aquellas protestas y, complacidos de que en Giaveno se hubiera vuelto por el honor primero, decidieron comunicar a don Bosco que dejase ya de ocuparse del Seminario. Con tal motivo uno de ellos fue a Valdocco y le dijo: -Don Bosco, estamos muy reconocidos por lo que ha hecho por nosotros; pero comprenderá que, tratándose de un seminario diocesano, sería deseable que en Giaveno hubiese una dirección uniforme con la que está en vigencia en varios otros seminarios nuestros. -Y qué es lo que encuentra disconforme y le disgusta en nuestra dirección?, observó don Bosco. -Nos parece a nosotros que domina en él una piedad extremada entre ((**It7.139**)) los alumnos y demasiada frecuencia de sacramentos. Se critica esta frecuencia como un abuso. -Y con qué otro medio se querría sustituir a ésta para la verdadera educación de la juventud, y para el desarrollo y la solidez de las vocaciones eclesiásticas? -Parece que bastan las antiguas normas todavía vigentes: tantas comuniones tienen un sabor demasiado típico del sistema jesuítico. -Jesuítico? Pues si los jesuitas encontraron que este era el mejor medio para la educación de la juventud, yo me pongo enseguida de su parte. -Pero íentiéndalo!... Los tiempos en que vivimos son tan contrarios a toda apariencia de fanatismo religioso... Su sistema es tan diferente del que impera para la formación de los clérigos en todos los seminarios del Piamonte...; los partidos adversarios nos acusan y buscan desacreditarnos entre la población con insinuaciones venenosas, ironías y sarcasmos por culpa de nuevas devociones... (**Es7.128**))
<Anterior: 7. 127><Siguiente: 7. 129>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com