Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es6.627**) >>Los que tenían el papel con los números escritos, pero sin la suma hecha, son los que tienen la conciencia en regla, pero les falta la adición de la última confesión. >>Los que tenían los ojos circundados de niebla o vendados, son los que se dejan dominar por el espíritu de soberbia y por el amor propio. Los que estaban tirados por los suelos podría nombrarlos uno a uno y decirles por qué se encontraban sobre las yacijas de paja, sentados en los escaños o en el mismo suelo. Vi también el interior de los corazones. Muchos los tenían llenos de cosas bellas; de rosas, de azucenas, de fragantísimas violetas. Estas flores simbolizan las distintas virtudes. íOtros en cambio!... El corazón carcomido representaba a los que alimentan odios, rencores, envidias, antipatías, etc. >>Algunos tenían el corazón lleno de víboras, símbolo de los pecados mortales; otros lleno de tierra, representación del apego a las cosas del mundo y a los placeres sensuales. ((**It6.831**)) >>Bastantes eran también los de corazón vacío, o sea los que, a pesar de estar en gracia de Dios y alejados de las cosas del mundo y de los placeres sensuales, al mismo tiempo no procuran llenar el corazón con la piedad y con el santo temor de Dios. Estos tales viven a la buena y, si no caen en el primer lazo que les tiende el demonio, no tardarán mucho en malearse. >>Por lo tanto, todos aquéllos que no tienen aún en orden las cosas de su alma, íah!, que no aguarden más tiempo a ajustarlas. Que vengan a mí y me prometan responder sinceramente a cuanto les pregunte y si no se sienten con ánimo para hablar, hablaré yo por ellos. Por fortuna me encuentro en condiciones de poder decir a cada uno su pasado, su presente y algo del futuro. >>Os estoy diciendo cosas que no os debiera decir. íAh, queridos jóvenes! Hay un pensamiento que me llena de horror. Os aseguro que jamás habría creído que hubiese en nuestra casa un tan crecido número de jóvenes con las conciencias tan desordenadas, tan desarregladas. íJamás lo hubiera creído! >>íCuántos con el cuerpo cubierto de llagas y tendidos por los suelos! Creedme que pasé noches y días terribles. >>Una palabra de pláceme a aquéllos que han pensado ya en arreglar su conciencia; pero, aún hay muchos que no se han determinado a hacerlo. >>Al decir esto, se notaba en su voz la emoción que le embargaba y gruesas lágrimas rodaban de sus ojos. No pocos de los jóvenes lloraban también. Las palabras del siervo de Dios consiguieron el efecto deseado>>. (**Es6.627**))
<Anterior: 6. 626><Siguiente: 6. 628>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com