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((**Es6.511**) ante todo, que si yo estoy con el Papa y el Gobierno está contra el Papa, de aquí no se sigue que yo esté contra el Gobierno, sino más bien que el Gobierno está también en contra mía. Pero dejo esto de lado, y digo: en cuanto a religión yo estoy con el Papa y con el Papa pienso quedarme, ((**It6.680**)) como un buen católico, hasta la muerte; pero esto no me impide en absoluto ser también un buen ciudadano, pues no siendo mi profesión tratar asuntos de política, no me entrometo y nada hago contra el Gobierno. Hace veinte años que vivo en Turín, he escrito, hablado, actuado públicamente y desafío a quien quiera que sea, a que presente un renglón, una palabra, un hecho, que merezca ser censurado por la autoridad gubernativa. Si no es así, que se demuestre; si soy culpable, que se me castigue en hora buena; pero, si no lo soy, déjeme atender en paz a mi obra. -Por mucho que diga, señor abate, terció Farini, nunca podrá darme a entender que comparte nuestras ideas, las ideas del Gobierno. -Y qué, señor Ministro? En tiempos de libertad de opiniones, se podría pretender, incluso, agraviar a un ciudadano porque privadamente piensa como más le gusta? Querríase llevar la tiranía hasta imponerle o encadenarle a unas ideas? -Pero no puedo convencerme de que, viviendo usted en un país, cuyas leyes son completamente contrarias a sus opiniones, se esté arrinconado como un fantoche. -Y no podrá una persona cualquiera pensar en su fuero interno que un determinado sujeto obra mal, y entretanto no decir, ni hacer cosa alguna contra él, ya porque oponérsele resultaría inútil o perjudicial, ya porque semejante cometido no le pertenece? Ahora bien, cualquiera que sea mi opinión privada acerca de la conducta del Gobierno, en ciertos asuntos del día, repito que, ni fuera, ni dentro de mi casa he dicho, ni he hecho nunca cosa alguna, que pueda ofrecer un pretexto para tratarme como enemigo de la patria, y esto debe bastar a las Autoridades. Pero yo hago algo más, Excelencia; porque, albergando en mi casa a centenares de niños pobres y abandonados y encarrilándolos ((**It6.681**)) hacia una profesión u oficio honrado, estoy cooperando con el Gobierno al bienestar de muchas familias y de toda la sociedad, haciendo que disminuya el número de vagabundos y holgazanes, y que aumente el de los ciudadanos laboriosos, instruidos, y de buenas costumbres. Esta es mi política y no tengo otra. Los dos Ministros tuvieron que encontrar válida la respuesta de don Bosco, puesto que estaba corroborada por los hechos; pero Cavour, (**Es6.511**))
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