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((**Es6.386**) Don Bosco recibía la bendición del Papa a tiempo que agregaba nuevos socios a su Pía Sociedad, según se lee en las dos actas siguientes de las sesiones del Capítulo: El 1 de mayo del año del Señor 1860, se reunió el Capítulo de la Sociedad de San Francisco de Sales para la aceptación de los jóvenes Pedro Capra, hijo de Francisco y natural de Alfiano, Pablo Albera ((**It6.512**)) hijo de Juan Bautista y natural de None, Juan Garino, hijo de Antonio y natural de Busca, Gabriel Momo, hijo de José y natural de Saluggia, todos ellos propuestos por el rector don Bosco en la sesión anterior. Por tanto, después de la acostumbrada oración e invocación del Espíritu Santo, se procedió a la votación. Pedro Capra obtuvo todos los votos afirmativos; los demás alcanzaron un voto negativo de los siete totales. Por consiguiente, fueron admitidos todos a la práctica de las reglas de la Sociedad. Dos días después celebró el Consejo otra sesión. El 3 de mayo del año del Señor 1860, a las diez de la noche, reunióse el Capítulo de la Pía Socíedad de san Francisco de Sales para la aceptación de los jóvenes Domingo Ruffino, clérigo, hijo de Miguel y natural de Giaveno, Francisco Vaschetti, clérigo, hijo de Pedro y natural de Avigliana, Eduardo Donato, hijo de Carlos y natural de Saluggia. Celebrada como de costumbre la votación, el clérigo Ruffino obtuvo seis votos afirmativos de los siete totales, el clérigo Vaschetti cinco, el joven Donato los siete. Por lo tanto, fueron admitidos todos a la práctica de las reglas de dicha Sociedad. Todos los arriba mencionados sobresalían en el Oratorio por su talento, aplicación, piedad y conducta. Los había formado don Bosco, a su imagen y semejanza, con el candor, la actividad y firmeza de propósitos. No servían para él los indecisos, los débiles de voluntad, sobre todo si se los habían recomendado para estudiar. Escribía por aquellos días a la señorita Adela Daviso de Chieri. Apreciadísima Señora: La gracia de N.S. Jesucristo esté siempre con nosotros. Para que el jovencito Rossi pueda ser admitido en esta casa, es necesario que piense a qué quiere dedicarse una vez terminados sus estudios; pues él no sabe si prefiere un oficio o el estudio. En tal estado de duda, usted podría dirigirlo al canónigo Caselle, que sabrá estudiarlo y aconsejarlo en su vocación; yo estoy ((**It6.513**)) siempre dispuesto a hacer por su recomendado lo que mejor parezca para mayor gloria de Dios y bien de su alma. Recomiendo mi persona y mis jovencitos a la caridad de sus devotas oraciones, mientras con el debido aprecio me profeso en el Señor. De V.S. muy apreciada, Turín, 24 de abril de 1860 Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. (**Es6.386**))
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