Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.99**) >>Lo llevé entonces aparte y, puestos a hablar de los estudios hechos y del tenor de vida que hasta entonces había llevado, enseguida entramos en plena confianza, él conmigo y yo con él. >>Pronto advertí en aquel jovencito un corazón en todo conforme con el espíritu del Señor, y quedé no poco maravillado al considerar cuánto le había ya enriquecido la divina gracia, a pesar de su tierna edad. >>Después de un buen rato de conversación, y antes de que yo llamara a su padre, me dirigió estas textuales palabras: >>-Y bien, >>qué le parece? >>Me lleva usted a Turín a estudiar? >>-Ya veremos; parece que el paño es bueno. >>->>Y para qué podrá servir el paño? >>-Para hacer un hermoso traje y regalárselo al Señor. >>-Así pues, yo soy el paño; sea usted el sastre; lléveme con usted y hará de mí el traje que desee para el Señor. ((**It5.124**)) >>-Mucho me temo que tu debilidad no te permita continuar los estudios. >>-No tema usted; el Señor que hasta ahora me ha dado salud y gracia, me ayudará también en adelante. >>->>Y qué piensas hacer cuando hayas terminado las clases de latinidad? >>-Si me concediera el Señor tanto favor, desearía ardientemente abrazar el estado eclesiástico. >>-Está bien; quiero probar si tienes suficiente capacidad para el estudio; toma este librito (un ejemplar de las Lecturas Católicas), estudia esta página y mañana me la traes aprendida. >>Dicho esto, dejéle en libertad para que fuera a recrearse con los demás muchachos y púseme a hablar con su padre. No habían pasado aún ocho minutos cuando, sonriendo, se presenta Domingo y me dice: >>-Si usted quiere, le doy ahora mismo la lección. >>Tomé el libro y me quedé sorprendido al ver que no sólo había estudiado al pie de la letra la página que le había señalado, sino que entendía perfectamente el sentido de cuanto en ella se decía. >>-Muy bien, le dije, te has anticipado tú a estudiar la lección y yo me anticiparé en darte la contestación. Sí, te llevaré a Turín, y desde luego te cuento ya como a uno de mis hijos; empieza tú también desde ahora a pedir al Señor que nos ayude a ti y a mí a cumplir su santa voluntad. >>No sabiendo cómo expresar mejor su alegría y gratitud, me tomó de la mano, me la estrechó y besó varias veces, y al fin me dijo: (**Es5.99**))
<Anterior: 5. 98><Siguiente: 5. 100>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com