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((**Es5.561**) nientemente las ceremonias litúrgicas, tenían que ayudar por turno a la santa misa en los días festivos, asistir en coro a las funciones sagradas en el presbiterio en las principales solemnidades del año, siempre revestidos con sotana y roquete. Si hacía falta, ayudaban también como ceroferarios, acólitos, turiferarios, cruciferarios y maestros de ceremonias, en la misa solemne, las vísperas, la bendición con el Santísimo Sacramento, las procesiones y todas las funciones de la Semana Santa y los oficios de difuntos y exequias. La dirección de este clero estaba confiada a un sacerdote experto, celoso y de buen espíritu, que de ordinario era el Catequista del Oratorio. Para el desempeño de sus atribuciones podía servirse de los mayores, confiando a uno la conservación de las sotanas y roquetes, a otro la disciplina durante las funciones como maestro de ceremonias. El primer director o presidente fue, excepcionalmente y por méritos propios, el mismo José Bongiovanni, quien, ya entonces, y más aún de sacerdote, fue celosísimo en instruir con sus conferencias y sermones primero a los muchachos, y después al pueblo, contra los errores de los protestantes ((**It5.789**)) y sobre todo defendiendo, de la forma más atractiva y persuasiva, la verdad católica de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Al mismo tiempo supo inculcar a su joven clero un aire tal, que nadie les hubiera tomado por muchachos de la calle, cuando aparecían en los ritos sagrados revestidos de sotana y roquete en la iglesia o en las procesiones por la ciudad; tan grande era la modestia de sus ojos y la gravedad de su porte. He aquí el Reglamento del Clero Infantil, aprobado y corregido por don Bosco: 1. El presidente de la Compañía del Santísimo Sacramento, elegirá, previa solicitud entre los socios de la misma, a los jóvenes mayores y más ejemplares, y los admitirá en el Clero Infantil. 2. Los socios sean puntuales al toque de campana. 3. Procuren no armar bulla en la escalera. 4. En la sala del Clero Infantil debe guardarse silencio absoluto y prestar atención a la lectura. 5. Ninguno debe tomar la sotana, el bonete, ni el alzacuello de los demás; ni hurgar en los armarios: si faltare alguna cosa, pídase al encargado de ello. 6. Todos se someterán al distribuidor de los roquetes, del desayuno y de la merienda. 7. Está prohibido ir a la sala del Clero Infantil fuera de tiempo. 8. En la sacristía esté cada cual con recogimiento y en su sitio. 9. Al salir al altar, evítese toda afectación y precipitación. (**Es5.561**))
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