Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.558**) de los alumnos. El teólogo Leonardo Murialdo, con sus generosas donaciones y su aportación personal, fue el principal bienhechor de esta empresa. Apenas se pudo, se abrieron las clases y acudieron a ellas muchos chicos pobres, de familias católicas, que desertaron de las escuelas protestantes; y se consiguió que no fueran víctimas de las herejía con el pretexto de la enseñanza elemental. Terminaba el 1857, y don Bosco, para hallar oportunidad de dar a cada uno de los suyos un consejo adaptado a sus propias necesidades, anunciaba todos los años públicamente que tenía aguinaldo para dar a todos. Los muchachos acudían uno a uno pidiendo su parte, y él daba al oído de cada cual un aviso o un consejo, a veces tomado de la vida de algún santo. Otras, para que recordaran más fácilmente el aguinaldo, entregaba a cada uno un papelito escrito, que todos consideraban como un tesoro, de forma que, después de tantos y tantos años, aún hay algunos que lo conservan. Daba también este aguinaldo a los clérigos, a quienes llamaba: consistía en una frase de la Escritura o de los Santos Padres y en latín. Y es curioso que, aun cuando había en el Oratorio cincuenta, entre clérigos y sacerdotes, sin tener en mano algún escrito, daba a cada cual en privado su propio aviso, sin repetirse, y tan apropiado que todos decían maravillados en su corazón: -Esta expresión está verdaderamente adaptada para mí. A veces preparaba un billetito escrito de su puño y letra para cada clérigo y lo distribuía con gran cariño. Algunas de aquellas sentencias han llegado hasta nosotros. La primera de ellas la tuvo el clérigo Anfossi: Sicut misit me Pater et ego mitto vos. Filius amatur a Patre ((**It5.786**)) et tamen ad passionem mittitur: ita et discipuli a Domino amantur, qui tamen ad passionem mittuntur in mundo (San Gregorio, Domingo in albis). Qui aestimaverunt lusum esse vitam nostram, et conversationem vitae compositam ad lucrum, omnes insipientes et infelices. Nullum Deo gratius sacrificium offerri potest quam zelus animarum (Gregorio Magno). Curare ut quisquis sacerdoti jungitur, quasi ex salis tactu, aeternae vitae sapore condiatur. (San Gregorio). Sanitas animae et corpori sobrius potus. (Eccl. XXXI, 37). (Como me envió mi Padre, así os envío yo. El Hijo es amado por el Padre y sin embargo es enviado a la pasión: así son amados los discípulos por el Señor, los cuales también son enviados a la pasión en el mundo. -Los que consideran que nuestra vida es un juego y que el negocio de la vida está acomodado para el lucro, son unos insensatos y unos infelices. No puede ofrecerse a Dios ningún (**Es5.558**))
<Anterior: 5. 557><Siguiente: 5. 559>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com