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((**Es5.504**) pero éstos no los quieren. Para los chicos buenos estas adopciones son muy peligrosas, cuando el adoptante quiere que sigan alguna carrera. No aguantan el cambio de comida, de sociedad, de costumbres; el orgullo los lleva al vicio. ((**It5.709**)) Sería necesario que en el joven que se quiere adoptar se dieran ciertas condiciones. Nacimiento normal, conocimiento de la vida cómoda perdida por alguna desgracia, virtud y humildad a toda prueba. Entonces se puede esperar un buen resultado. Pero no faltaron muchachos en el Oratorio que supieron aprovechar bien la suerte que la Providencia los deparaba. Contaremos un caso. Llegó de París al Oratorio, en 1857, un señor francés que pedía a don Bosco un jovencito, porque no tenía hijos y quería elegir un muchacho pobrecito, adoptarlo y dejarlo heredero de todos sus bienes. Tenía un gran taller de zapatería. Don Bosco pensó enseguida en un buen chico zapatero, que creyó digno de aquella fortuna. Pero no dijo nada al caballero; y declarándose dispuesto a complacerle, le acompañó a visitar los talleres para que pudiera elegir. Al entrar en el de los zapateros, don Bosco se paró junto a aquél que en su corazón había elegido, que estaba en la punta del banco, lo llamó y le dijo: -Acompaña a este señor a visitar el Oratorio y luego lo llevas a mi habitación. Don Bosco se retiró. El señor hablaba en francés y el muchacho le respondía tranquilamente en piamontés. Cuando el caballero llegó junto a don Bosco, le dijo: -Me haría un gran favor si me dejara ese muchacho que me ha acompañado hasta ahora. Don Bosco sonrió, porque estaba seguro del buen resultado. -Y bien, >>le parece que quedará satisfecho con ese jovencito? -Contentísimo, y estoy seguro de que también mi señora lo estará. Llamó don Bosco a su habitación al muchacho, que era ((**It5.710**)) un pobre huerfanito sin ningún arrimo en este mundo, y se lo propuso. De pronto el chico vaciló, luego aceptó, pero añadió: -Si por acaso no pudiera quedarme con este señor, >>me aceptaría de nuevo con usted? -Sin dudarlo; estoy seguro de que todo te irá bien. Sin embargo, si salieras de esa casa, no por mala conducta, sino por otros motivos, te aseguro que volveré a recibirte con mucho gusto. El muchacho se marchó y fue adoptado como hijo. Y tan virtuoso (**Es5.504**))
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