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((**Es5.319**) Entre tanto, don Bosco tenía la gran satisfacción de recibir la facultad solicitada a la Santa Sede para bendecir, durante tres años, crucifijos y medallas con aplicación de indulgencia plenaria en peligro de muerte, y rosarios, con aplicación de las indulgencias llamadas las de Santa Brígida. 1 1 Dilecte fili, salutem et apostolicam benedictionem. Quae ad religionem fovendam animarumque salutem procurandam fieri possunt, ea libenti animo concedere solemus. Jam vero cum nuper Nobis exponendum curaveris, Te, ad Passionis et Agoniae Redemptoris et D.N.J.Ch. unde nobis vita, salus et resurrectio manavit, memoriam in omnium Christi fidelium animis excitandam, nec non cultum et venerationem B.M.V.I., ab ipso Catholicae Ecclesiae oxordio ubique gentium semper exhibitam, promovendam et adjuvandam, cruces, sacra numismata et coronas precatorias benedicere et consuetis indulgentiis ditare vehementer cupire, atque adeo a nobis petieris ut hanc tibi facultatem de Apostolica benignitate concedere dignaremur; Nos piis hujusmodi votis annuendum censuimus. Igitur de Omnipotentis Dei misericordia ac B.B. Petri et Pauli Apostolorum ejus auctoritate confisi, tibi et deiceps ad TRIENNIUM proximum tantum, dummodo ad excipiendas sacramentales Christi fidelium confesiones sis approbatus, extra urbem ac de consensu Ordinarii tui (quem nisi obtinueris has litteras nullas volumus) cruces et sacra numismata cum applicatione indulgentiae plenariae in mortis articulo consequendae, nec non coronas precatorias cum applicatione indulgentiarum S. Birgittae nuncupatae, privatim in forma Ecclesiae consueta benedicere possis et valeas auctoritate Apostolica tenore praesentium, concedimus et indulgemus. In contrarium facientibus non obstantibus quibuscumque. Datum Romae apud S. Petrum sub Annulo Piscatoris die XXII februarii MDCCCL VI, Pontificatus Nostri anno Decimo. Pro Domino Cardinali Macchi G.B. BRANCALEONI CASTELLANI Subs. PIO PAPA IX Amado hijo, salud y bendición apostólica. Solemos conceder de buen grado cuanto pueda servir para el fomento de la religión y ayuda a la salvación de las almas. Ahora bien, habiéndonos expuesto tú recientemente que con el fin de avivar en todos los fieles cristianos la memoria de la Pasión y de la Agonía del Redentor y Señor nuestro Jesucristo, de donde nos vino la vida, la salvación y la resurrección, así como para promover y aumentar la veneración a la Bienaventurada Virgen María Inmaculada, puesta de manifiesto desde los comienzos mismos de la Iglesia y en todas partes, deseas ardientemente poder bendecir y enriquecer con las indulgencias acostumbradas, cruces, medallas y rosarios, hasta tal punto que ruegas que nos dignemos concederte benignamente esta facultad, Nos hemos juzgado que debíamos acceder a estos piadosos deseos. Así pues, confiando en la misericordia de Dios y en la autoridad de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, te concedemos a ti y por un trienio solamente, que privadamente y en la forma acostumbrada por la Iglesia, puedas bendecir con autoridad apostólica, y a tenor de las presentes letras, cruces, medallas con indulgencia plenaria <> (en el momento de la muerte), como también los así llamados rosarios de Santa Brígida, con tal de que estés aprobado para oír confesiones, lo hagas fuera de Roma y con el consentimiento de tu Ordinario (que si no lo obtuvieres, es voluntad nuestra dejar sin efecto este escrito). No habiendo nada en contrario. Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el Anillo del Pescador, el día 22 de febrero del año 1856, décimo de nuestro Pontificado. Por el Sr. Cardenal Macchi J.B. BRANCALEONI CASTELLANI, Subst. (**Es5.319**))
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