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((**Es5.286**) la calle, se tropezaba con un chico, aunque no lo conociese, pero cuyo aspecto abierto e inocente le hiciera suponer que escucharía con gusto sus palabras, lo llamaba, le daba una medalla de la Virgen, y se entretenía con él. Le preguntaba si se acercaba a los sacramentos, si daba buen ejemplo a los compañeros, si iba a la escuela, si le gustaría seguir estudiando. A veces terminaba proponiéndole la entrega al servicio de Dios, haciéndole ver la felicidad y el honor de tal estado. Si le escuchaba, añadía que, si sus padres eran pobres, él le proveería de todo. Se dio el caso muchas veces de chicos que, después de aquellas conversaciones, siguieron a don Bosco hasta el Oratorio, y conocemos a algún sacerdote que entró de este modo en la casa del Señor. Añadiremos que alguna vez, obligado por determinadas circunstancias a rechazar a alguno que le habían recomendado, no lo olvidaba y, aún mucho tiempo después, volvía en su busca. Esto se ve en una ((**It5.396**)) carta que escribió al profesor José Bonzanino, en la que le comunica su satisfacción por la toma de hábito conseguida de la Curia por algunos de sus alumnos. Ilmo. y queridísimo Señor: Hace unos años V.S. Ilma. y queridísima me habló de él y luego me presentó a un muchacho de la diócesis de Vercelli, que tenía unas ganas locas de estudiar y abrazar la carrera eclesiástica. Si usted supiera dónde encontrarlo, y si continuara con los mismos deseos, tal vez yo podría al presente abrirle un camino y ayudarle a lograr su deseo. Esto se refiere al jovencito que su caridad recomendaba. El jueves pasado vi a don Mateo Picco en el campo con su familia, y todos están perfectamente. Si todo va bien, iremos desde allí a hacer algún tanteo a Castagnetto, y por supuesto a casa de V.S. Mis siete estudiantes que se presentaron a examen para vestir la sotana, aprobaron todos. Entre sus alumnos están Francesia, Cagliero, Morra y Fusero. Esperando que V. S. y toda su familia gocen de buena salud, ruego al Señor continúen así, y con todo aprecio y gratitud me profeso. De V. S. Ilma. Afmo. s.s. JUAN BOSCO, Pbro. Cada vocación asegurada constituía una fiesta para don Bosco. Dejó escrito: <(**Es5.286**))
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