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((**Es5.264**) Ilma. Señora Marquesa: Los pobres muchachos recogidos en el Oratorio de San Francisco de Sales agradecen por mi medio a V.S. Ilma. el pan que su caridad ha tenido a bien suministrarles y se unen a mí para implorar las más copiosas bendiciones del cielo en la próxima solemnidad de la Pascua de Navidad. Como testimonio de nuestro común agradecimiento hemos acordado: que yo celebraré la misa del gallo según las intenciones de usted, y los muchachos la oirán con el mismo fin. Así pues, distribuya, como mejor le parezca, una misa solemne aplicada por usted y casi cuatrocientas (tal vez más) oídas. Ofrezca al Señor marqués Fassati y al señor Conde y familia De Maistre la parte que usted creyere oportuno. Encomiendo a todos a Jesús Niño y a la Inmaculada, su Madre; no deje usted de rogar por mí, para que pueda hacer en todo la santa voluntad del Señor. Así sea. Turín, 22 de diciembre de 1855 s.s. JUAN BOSCO, Pbro. Mas la alegría de las fiestas navideñas quedó turbada por nuevos peligros que amenazaban a la buena educación de la juventud en Turín. El 27 de diciembre de 1855 el Ayuntamiento quitaba a los Hermanos de las Escuelas Cristianas las escuelas municipales, a pesar de haber reconocido que eran ejemplarísimos en el cumplimiento de su deber. Uno de los pretextos para legalizar ((**It5.365**)) este atropello, fue quizá el suceso de Racconigi. Tenían allí los Hermanos un colegio en el que habían repartido a algún que otro alumno el libro del Barón de Nilinse titulado: Cómo se roban los bienes de la Iglesia y sus consecuencias, publicado en las Lecturas Católicas. Por semejante delito, el Ministro de Instrucción Pública ordenó inmediatamente al alcalde de Racconigi que apartara de la enseñanza a los Hermanos, advirtiéndole que, en caso contrario, sería clausurado el colegio. Así pues, los Hermanos fueron despedidos de las escuelas municipales, y, si estos buenos religiosos se quedaron en Turín enseñando a los hijos del pueblo, se debió a que la Dirección de la mendicidad instruida los mantuvo en las escuelas que dependían de ella. Mientras tanto, empezaban a obtener el nombramiento de directores de colegios y a ocupar cátedras de profesores y maestros, sacerdotes que colgaban los hábitos, frailes apóstatas y eclesiásticos sublevados contra sus obispos. (**Es5.264**))
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