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((**Es5.194**)((**It5.260**)) CAPITULO XXIV EL ORATORIO SIEMPRE NECESITADO DE SOCORROS -LLAMAMIENTO A LA PIA OBRA DE LA MENDICIDAD INSTRUIDA -RENATO D'AGLIANO Y UNA GRACIA CONSEGUIDA -RIFA DE UNOS CUADROS -CONCEDIDA LA AUTORIZACION -LUGAR DE LA RIFA -LLAMAMIENTO A LA CARIDAD PUBLICA -EL MARQUES DE CAVOUR COMUNICA A DON BOSCO LA GRAVISIMA ENFERMEDAD DE ROSMINI QUE MUERE POCO DESPUES -ACTAS DEL SORTEO DE LA RIFA -ANUNCIO DE LA RIFA A L0S BIENHECHORES LA condición de ricos y pobres empeoró por toda una serie de circunstancias: la expedición de quince mil soldados piamonteses a Crimea para ayudar a Turquía, Inglaterra y Francia contra Rusia; la <> (así la llamaban), o enfermedad de las uvas, que hacía varios años aniquilaba los más frondosos viñedos de Piamonte; las continuas malas cosechas en el campo; la reaparición del cólera en Cerdeña, y otros desastres. Con todo ello, el internado del Oratorio, que vivía de la caridad, llegó a pasar graves apuros y dolorosas estrecheces 1. 1 Ilustrisimo Señor Presidente de la Pía Obra de la Mendicidad de Turín. Con los sentimientos de la más viva gratitud para Vuestra Señoría Ilustrísima, y los Señores de la Administración de la Pía Obra de la Mendicidad, por las ayudas otras veces prestadas a los pobres muchachos internados en el Oratorio masculino de Valdocco, a los que asisten a las escuelas nocturnas y a la catequesis en los Oratorios de San Francisco de Sales en Valdocco, de San Luis en Puerta Nueva y del Angel Custodio en Vanchiglia, me encuentro este año en la crítica situación de tener que recurrir de nuevo a la misma fuente de beneficencia. La carestía cada vez mayor de los comestibles y el paro obrero pusieron en el mayor de los riesgos a varios jóvenes abandonados y necesitados, los cuales seguramente acabarían mal, de no ser ayudados con medios materiales y morales. Algunos de ellos, casi un centenar, en su mayoría huérfanos por la fatal invasión del cólera del año pasado, están actualmente internados en Valdocco, otros son ayudados en la forma que se puede, y éstos pasan de los mil quinientos entre los tres oratorios. Por estos pobres y abandonados muchachos recurro a la conocida y probada bondad de Vuestra Señoría Ilustrísima, suplicando encarecidamente quiera tomar en consideración su desgraciada situación y conceder en su favor la caritativa ayuda, que la gravedad del caso le sugiera. Con mi verdadera gratitud y el reconocimiento de los muchachos beneficiados, auguro a V.S.I. y a todos los señores de la Administración, abundantes bendiciones del cielo, considerando para mí un gran honor poderme declarar con plena estima de Vuestra Señoría Ilustrísima. Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. (**Es5.194**))
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