Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es4.580**) mirar y registrar en la mesilla o cajón ajeno. Durante el día no vaya nadie al dormitorio sin un permiso especial. 8. Guardaos bien de apropiaros las cosas de los demás, aunque sean de ínfimo valor; y si encontráis alguna cosa, entregadla enseguida a los Superiores; el que se dejase engañar haciéndosela suya, será severamente castigado según la proporción del robo. ((**It4.753**)) 9. Las cartas e impresos que se reciben o envían, deben entregarse al Superior, el cual, si lo juzga conveniente, puede leerlos libremente. 10. Está rigurosamente prohibido tener dinero en propio poder; deberá depositarse todo en manos del Prefecto, quien lo administrará según las necesidades del interesado. Está también prohibido severamente hacer ningún contrato de venta, compra o intercambio, y contraer deudas con nadie sin permiso del Superior. 11. Está prohibido introducir en casa o en el dormitorio a personas externas. Para hablar con parientes u otras personas, se irá al locutorio común. No os paréis nunca al lado de otros cuando estén conversando en particular. Y no entréis en los talleres o en los dormitorios de los demás, porque esto molesta grandemente a quien está dentro y a quien trabaja allí. Está también prohibido encerrarse en la habitación, escribir en las paredes, clavar clavos o causar desperfectos de cualquier clase. Quien por propia culpa estropease alguna cosa, deberá hacerla reparar a su cargo. Finalmente, está también prohibido detenerse en la habitación del portero y en la cocina, a excepción de los que tienen allí algún cargo. 12. Tened caridad con todos, compadeced los defectos ajenos, no pongáis nunca motes a nadie, no digáis ni hagáis nunca una cosa que, si os la dijeran o hicieran a vosotros, os pudiera desagradar. CAPITULO VII Comportamiento fuera de Casa 1. Redordaos, hijos míos, que todo cristiano tiene la obligación de edificar a los demás, y que no hay predicación más eficaz que la del buen ejemplo. 2. Fuera de casa, sed reservados en las miradas, en las conversaciones y en vuestras acciones. No hay nada más edificante que el ver a un hombre de buena conducta; demuestra que pertenece a una comunidad de jóvenes cristianos y bien educados. (**Es4.580**))
<Anterior: 4. 579><Siguiente: 4. 581>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com