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((**Es4.394**) levante sobre piedra y no sobre arena. Ha hecho caer, o mejor, ha permitido que con motivo de una cal poco fuerte por sí misma se derribase la construcción, y ha hecho muy bien. Veía El que don Bosco es demasiado bueno y que, a lo mejor, se arreglaban las cosas con perjuicio del Oratorio, y ha provisto sabiamente. íProvidencia, providencia! >>Dicho esto se impuso el silencio y todos callaron. Los muchachos se habían acostado para descansar; pero puedes imaginarte el descanso que los pobrecitos tuvieron sabiendo que, por la mañana, todos contaban los constantes ruidos causados por la caída de ladrillos o de piedras, de vigas y traviesas que habían quedado suspendidas en alto. >>Después de las cinco, cuando ya la mayor parte de los muchachos estaba en el patio contemplando las ruinas y los otros estaban todavía amodorrados por el sueño, oyóse desplomarse la parte situada hacia el norte, la cual, al caer sobre otra pared, de media altura, hizo que también ésta se derribara ((**It4.514**)) con un ruido mucho mayor que el primero, con una sacudida tal, que hizo temblar la casa contigua durante unos segundos. Los que todavía dormían en la cama saltaron rápidamente y, vistiéndose a toda prisa, bajaron corriendo a juntarse y hacer compañía a todos los curiosos>>. Pero don Bosco, abandonado en las manos de Dios, tranquilo e impasible, había ya bajado a la iglesia, e hizo reunir en ella a todos los jóvenes, invitándoles de nuevo a dar gracias al Señor por haberlos liberado tan milagrosamente, y celebró la santa misa. Al salir de la iglesia, cercado de todos los alumnos, exclamó sonriendo: -Me la ha hecho buena el diablo: no quiere que ensanche el Instituto y que recoja más muchachos; pero lo haremos, aunque rabie. Y añadió después: -El demonio ha querido darnos un puntapié; pero estad tranquilos, el Señor es más fuerte que él y el demonio no logrará impedir su obra. Poco después se llenó el patio de gente, que acudía por curiosidad a ver el edificio derrumbado. Llegó también el alcalde con dos ingenieros municipales, el cual quiso consolar a don Bosco, asegurándole que el Oratorio no sufriría ningún perjuicio por aquella desgracia. Inmediatamente empezaron los dos ingenieros a estudiar la causa y las condiciones del desastre. La nueva construcción, como ya hemos dicho, iba unida a la vieja y humilde casa antigua y sobre la habitación de don Bosco aparecía una columna gruesa y de varios metros de altura del nuevo edificio, la cual, en medio del derrumbamiento, (**Es4.394**))
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