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((**Es4.328**) de aquel estado, y sin parecer que lo recomendaba de ninguna manera. Unicamente invitaba a los alumnos a querer ayudarle; y, apoyándose en el amor que le profesaban, expresaba el deseo de tenerlos siempre a su lado, de poderlos acompañar hasta el paraíso, estar un día, y para siempre, junto a ellos en la eterna bienaventuranza. A veces empleaba palabras misteriosas para provocar su curiosidad. -Necesito de ti una cosa: >>cuándo harás la confesión de la vida futura? A otro: ->>Estás contento? >>Estás bien? Entonces conviene que te prepares para hacer la confesión de toda tu vida futura. Entendía con esto hablarles especialmente de su vocación eclesiástica, insistiendo en la importancia de pensar seriamente y con tiempo en ello. De vez en cuando decía a uno u a otro: ->>Quieres que te corte la cabeza? íNecesito que te dejes cortar la cabeza! Quería indicar con esto la obediencia total al Director del Oratorio, cuyas ventajas y méritos describía a menudo, mas sin indicar en qué estado se puede ejercitar ésta especialmente. ((**It4.426**)) Tocante a la virtud, se propuso no exigir más de lo que se requiere para ser un buen cristiano y salvar el alma. Así que no hablaba de meditaciones metódicas, ni de retiros espirituales prolongados. Ya entonces, suplía plenamente con otros medios, y viose a los muchachos escalar los más altos grados de perfección. Si hubiera dado a su casa un aspecto de vida muy regular y monástica, lo habría perdido todo. En el decurso de esta historia le veremos ascender siempre, pero insensiblemente, hacia su ideal, esto es hasta llevar las cosas al punto de colocar a la Pía Sociedad Salesiana a la par de las demás Congregaciones. Trabajaba incansablemente para ello, mas la palabra Congregación no llegó a pronunciarla hasta después de catorce años de haber empezado a preparar el terreno. Preveía también que, apenas levantara el velo que cubría su proyecto, no pocos se le opondrían y harían guerra, y no sólo el mundo, sino hasta los Obispos y párrocos, los padres de los muchachos y éstos mismos. Tenía razones para preverlo. Y así fue. En efecto, si hubo muchos al principio que lo admiraban y tenían por un hombre grande y santo, después dijeron que era un fanático, un obstinado, un presuntuoso, un creador de (**Es4.328**))
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