Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es4.238**) muchos otros que don Bosco profetizaba, que leía en los corazones y manifestaba cosas ocultas, pensó que, puesto que era de una inteligencia finísima y conocía perfectamente las cosas del Oratorio, la índole y costumbres de los muchachos y de los que le rodeaban, pudiese naturalmente prever ciertas cosas imprevistas a los demás y que intuyese con sagacidad lo que permanecía escondido a los menos expertos. Nosotros concedemos que don Bosco poseía ese natural discernimiento, y añadiremos que era portentosa su memoria de nombres, personas, fisonomías, hechos y palabras, y que seguramente es posible que se haya aprovechado de estos conocimientos en favor del prójimo. Pero, las muchas cosas extraordinarias que se dijeron, lo mismo por los de fuera de casa que por los alumnos, y las innumerables que nosotros mismos hemos visto nos obligan a ((**It4.306**)) concluir que en todo ello ciertamente había muchísimo de sobrenatural. Por lo demás, las mismas dotes naturales de don Bosco, empleadas heroicamente para gloria de Dios, es lógico que fueran recompensadas con dones tan eminentes para que su celo diera mayores frutos. El buen siervo del Evangelio dijo a su amo: -`Señor, tu mina ha producido diez minas'. Le respondió: `íMuy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades'1. Don Ascanio Savio nos dejó un testimonio clarísimo. <>-Don Bosco, adivíneme los pecados. >>Y don Bosco, alguna vez, se ponía a hablar confidencialmente al oído de alguno, y éste daba a entender que se los había adivinado, porque no hablaba más. Una tarde estaba en la conversación cierto muchacho de Vercelli, llamado Julio. Dijo éste a don Bosco insistentemente: >>-Adivine también los pecados que yo he cometido. >>Y don Bosco le habló secretamente al oído como hacía con los otros. Este, al oír las palabras de don Bosco, se puso a llorar exclamando: >>-Es él, es él el que predicó la misión en tal iglesia, -aludiendo a cierta iglesia de Vercelli. >>Como este joven procedía de un lejano pueblo, y era aquél el primer día que estaba ante don Bosco a quien no conocía, y no habiendo 1 Lucas XIX, 16-17. (**Es4.238**))
<Anterior: 4. 237><Siguiente: 4. 239>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com