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((**Es4.110**) a fondo los escritos de Farini. Todos los convidados se echaron a reír ante la inesperada crítica, aprobando intencionadamente lo que decía y animándole a continuar sus observaciones. Don Bosco, que no sospechaba nada, seguía hablando. Cuando se trataba del honor de la Iglesia y del Papa no transigía. Farini, sin pestañear, callaba; los demás se divertían locamente con el incidente. Finalmente, pensad la sorpresa de don Bosco cuando le dijeron: ->>Conoce usted al doctor Farini? -No, no le conozco. -íAquí lo tiene usted! Tengo el honor de presentárselo. Don Bosco no se turbó; saludó cortésmente a Farini, pidióle excusa, diciendo que no había tenido intención de ofender a nadie, pero mantuvo lo dicho, y siguió haciéndole notar, con buenas maneras, algunos errores graves en que había incurrido en el capítulo de los Casi di Romagna. Todos creían que Farini se picaría, montaría en cólera y se defendería pero, muy al contrario, manifestó agradecer mucho la sensata crítica, y dio las gracias a don Bosco diciéndole: -Se ve que usted está bien enterado y conoce la historia: me gusta su franqueza; nadie, hasta ahora, me había hecho esas observaciones. El mismo Rosmini quedó sorprendido del valor de don Bosco, y cuando estuvieron a solas, exclamó: -Yo no me hubiera atrevido a decir todo eso a Farini. También Nicolás Tommaseo quedó admirado de don Bosco. Al acabarse la semana, don Bosco volvió a Turín en diligencia, pues quería estar el domingo entre sus muchachos del Oratorio Festivo. Al acabar septiembre, salió para Castelnuovo. No hay que olvidar el trabajo soportado aquel año, dando clase continua de latín a los cuatro jóvenes Buzzetti, Gastini, Bellia y Reviglio. Y ahora se los ((**It4.133**)) llevaba consigo a I Becchi para las fiestas del Rosario, que debían celebrarse con especial solemnidad, por los favores espirituales pedidos y concedidos por el Papa 1; y además para que descansaran un poco, pues lo merecía su intensa aplicación, según hemos expuesto 1 Beatísimo Padre: En el pueblo de Castelnuovo, de la diócesis de Turín, hay una capilla en la que se celebra la santa misa y se da la bendición con el Santísimo Sacramento. Le parecería conveniente al orador, sacerdote Juan Bosco, que para acrecentar la devoción de los fieles, concediera Su Santidad las gracias espirituales siguientes: (**Es4.110**))
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