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((**Es3.413**) ->>Cómo haremos?, se preguntaban el uno al otro. La habitación de don Bosco estaba al lado del dormitorio de los alumnos, porque él quería tenerlos siempre a la vista. Cuando todos los compañeros dormían, Gastini y Reviglio fueron a llamar a la puerta de don Bosco, el cual, aunque era muy tarde, estaba todavía en pie. Respondió que entrasen. Pensad su maravilla y emoción al ver que le ((**It3.535**)) presentaban aquellos dos corazones de plata y oír las pocas y cordiales palabras de felicitación de aquéllos sus dos buenos hijos... Por la mañana todos los compañeros se enteraron del original obsequio, con un poco de envidia, y propusieron que, para el año siguiente, habría de organizarse una fiesta bonita por todo el Oratorio. Entre tanto, aquel día resonaron con más alegría los himnos compuestos por el teólogo Carpano y que los muchachos cantaban en toda ocasión por donde quiera que iban: Vamos, compañeros, don Bosco os espera: de gozo se llena vuestro corazón. El tiempo agradable invita a gozar: corramos amables, reíd y cantad. Pronto, vayamos deprisa, llena el alma de contento; no se atreva ni un lamento vuestro labio a proferir. O bien. Viva don Bosco que nos conduce hasta la cumbre de la virtud que en su alma grande brilló la luz. Luzcan sus rayos en nuestros ojos, arda la llama de nuestro amor, para don Bosco nuestro Pastor. (**Es3.413**))
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