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((**Es3.401**) pueblo, cansado de desafueros, había arrojado a los republicanos y repuesto en el trono de Mola de Gaeta a Leopoldo II, asaltaban Livorno en los primeros días de mayo, y dispersaban a los rebeldes que se habían atrincherado allí como último refugio. Contemporáneamente, las tropas del rey de Nápoles habían tomado Palermo el veinte de abril y habían sometido a toda Sicilia. Los emigrantes políticos, que estaban en continuo miedo con todos estos hechos, seguían afluyendo a Piamonte. Sin embargo, los Oratorios de San Francisco de Sales y de San Luis no tuvieron nada que sufrir aquel año con las ((**It3.518**)) continuas demostraciones de la ciudad. El 11 de abril celebraban la Pascua todos los muchachos, después de haber asistido a la catequesis cuaresmal, en medio de una paz constante. Esto sucedía así, gracias a las prudentes y múltiples industrias de don Bosco y gracias, además a ciertos hechos maravillosos que, de cuando en cuando, se decía habían sucedido y que hacían mirar a don Bosco como a un hombre singular. José Buzzetti, en efecto, nos contaba que un domingo de 1849 o a primeros de 1850, mientras escuchaban la plática de don Bosco, de pronto un compañero que se sentaba a su lado y que se llamaba Vicente Bosio, un muchacho sencillo e inocente, se quedó como encantado y, expresando con gestos una gran maravilla, se volvía después hacia él y exclamaba: -íMira, mira a don Bosco! ->>Qué le pasa? Ya le veo en el púlpito contando un episodio de la Historia Eclesiástica. ->>Pero no ves? íMíralo! íSu cara se ha iluminado y despide rayos por todas partes! Buzzetti no vio nada, pero atestiguaba que el pequeño Bosio estaba fuera de sí, y que costó no poco tenerlo quieto hasta el fin de la plática: y después de la función contaba conmovido a sus compañeros lo que había visto. Pero la prueba más fehaciente de que el Señor bendecía el Oratorio de Valdocco era su constante, aunque lenta, expansión. Al expirar el contrato con Pancracio Soave, don Bosco concertaba un nuevo arriendo directamente con el propietario Francisco Pinardi. El acta notarial hace descripción de la casa, que nosotros transcribimos para que se vea la ligera transformación experimentada desde 1846: <<1.§ Casa, compuesta de catorce habitaciones, nueve de ellas en la planta baja, que comprende una más larga que ancha que sirve de (**Es3.401**))
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