Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es3.285**)((**It3.364**)) CAPITULO XXXIV MARGARITA BOSCO Y LOS INTERNOS DEL ORATORIO - SU ESPIRITU DE SACRIFICIO, CARIDAD Y PRUDENCIA - VIGILANCIA Y REPROCHES - ALABANZAS CORDIALES - MISERICORDIA CON LOS CULPABLES - LOS REFRANES - AMOR MATERNO Y CRISTIANO - EL ORDEN EN EL ORATORIO EN AUSENCIA DE DON BOSCO - SU ESPIRITU DE ORACION NUESTRA descripción de la vida íntima en casa Pinardi no está completa. Junto al padre, tenían los muchachos asilados una madre, Margarita Bosco. Brillaban en ellas las virtudes de una verdadera madre cristiana: buen espíritu, mucha sencillez, paciencia y caridad. Era admirable su vida, del todo consagrada a la santa labor de su hijo. Se conformaba con la frugal comida preparada para don Bosco, comida inspirada por el espíritu de mortificación, e impuesta a menudo por la pobreza. No se hacía ver; vivía siempre retirada; trabajaba sin descanso y rezaba siempre. A medida que aumentaban los muchachos, aumentaba su trabajo. Todos la llamaban Mamá. Estaba sola pero pensaba en todo y proveía a todo. Atendía a la cocina, remendaba la ropa; de sus manos salían camisas, calzoncillos y calcetines. Dirigía a las lavanderas. Se gloriaba de que los muchachos se presentaran bien vestidos en los días de fiesta y de que anduvieran limpios y elegantes los domingos, y les insinuaba se comportaran convenientemente y fueran buenos en casa. ((**It3.365**)) Los muchachos solían acudir a ella apenas les ocurría algo, y ella, si podía, los socorría enseguida y les daba lo que necesitaban. No habría hecho tanto por sus hijos José y Juan; ciertamente hubiera hecho menos, porque el resistir una vida tan pesada, era una gracia que el Señor le daba en su nueva misión. Margarita ponía todo su empeño en adivinar las intenciones de don Bosco. Sabía interpretar tan bien su voluntad, preveía tan acertadamente sus pensamientos, que don Bosco, con gran maravilla de su parte, encontraba hechas las cosas antes de haber hablado de ellas. A todos les parecía indispensable su presencia en el Oratorio, y efectivamente lo era. Cada vez que tenía que ausentarse de él por algunos (**Es3.285**))
<Anterior: 3. 284><Siguiente: 3. 286>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com