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((**Es3.211**) capellán Rossi lo bautizó, le administró la comunión y la extramaunción a las dos de la madrugada. Los judíos no se enteraron. Don Bosco fue a visitarlo unos días después, pero se encontró por los pasillos con un convaleciente que le detuvo: ->>Va a visitar quizá a Abraham? -Sí. -Ha muerto ayer por la tarde. El enfermo había permanecido seis meses en aquel hospital. Cuando don Bosco fue a París en el 1883, al visitar a las Hermanas de la Caridad, preguntó si se encontraba todavía en aquella casa una hermana de Amsterdam que antes había sido judía. -Sí, sí, aquí está, respondió la hermana portera: es sor Raquel. ((**It3.264**)) -Pues bien, dígale que he de darle las últimas noticias de su hermano. ->>Su hermano? Hace tiempo que murió. -Lo sé, pero puede decirse que murió con la cabeza apoyada sobre este mi brazo. -Entonces, >>murió siendo católico? Su hermana tuvo alguna noticia de la conversión de su hermano, pero fue sólo un vago rumor sin confirmarse. -Yo puedo confirmárselo con toda seguridad. >>Cuándo podré ver a sor Raquel? -Vuelva mañana a decirnos la misa, y yo hablaré con la Superiora. íQué contenta se va a poner sor Raquel! A la mañana siguiente don Bosco no falló. Grande fue la alegría de la hermana con aquel encuentro. Tenía delante al sacerdote que el Señor había destinado para conceder la eterna salvación a su querido hermano, y ya sabía que la semilla por ella depositada hacía tantos años, había dado sus frutos de vida eterna. Don Bosco celebró la misa y predicó y aquellas buenas hermanas pasaron un día de verdadera fiesta con sor Raquel. (**Es3.211**))
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