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((**Es2.365**) trabajo de don Bosco, y se impacientaba y quejaba al editor. Don Bosco, con aquella pertinaz constancia que solía emplear cuando se proponía salir airoso en una empresa, no paraba de día ni de noche: siempre en busca de la suspirada fórmula, llenaba inútilmente de números páginas y cuadernos. Un día, con la cabeza atiborrada de cálculos, cuya solución no encontraba, salió de Turín, cruzó el Po, recorrió las colinas que iban a la quinta del profesor don Picco, decidido a quedarse allí, lejos de todo estorbo, hasta alcanzar su intento. Pidióle, por favor, una habitación solitaria; se encerró en ella, caviló y caviló durante varios días seguidos. Su mente se cansaba en exceso, pero pedía frecuentemente a Dios las luces necesarias. Don Picco quiso persuadirle para que no se rompiese la cabeza con aquel problema, pero él persistía. Finalmente, brilló una idea en su mente. Hizo la prueba y aparecieron claras la fórmula y los números. Se levantó, fue a la habitación donde estaba don Picco para manifestarle su alegría y acudieron los familiares para oír la grata noticia y pedir explicaciones. -Lo he encontrado, lo he encontrado, exclamaba don Bosco; pero estoy ahora tan cansado y nervioso que no puedo hablar: hace varios días que no descanso ni un minuto; os lo explicaré otro día. Y marchó corriendo a la imprenta, donde ya estaban compuestas casi todas las páginas, y no esperaban más que aquel ((**It2.487**)) número para acabar la obra y meterla en máquina. Apenas se publicó el librito de don Bosco, el profesor Giulio, que había probado aquella fórmula, la hizo suya y concluyó su tratado. El nuevo trabajo de don Bosco fue un éxito, recomendable por su sencillez, popularidad y precisión. Se imprimieron miles de ejemplares, a diez céntimos tan sólo cada uno. Gracias a este librito empezó a abrirse paso el sistema métrico, y se fue haciendo cada día más fácil: fueron muchísimos los ciudadanos que se sirvieron de él y muchos los pobres que se libraron de las garras de embaucadores y enredadores. Don Bosco pretendía directamente, además de estos beneficios, el bien presente y futuro de su institución, pues, al secundar con esto los planes del Gobierno, se ganaba a su favor y desbarataba las sospechas malévolas. El abate Aporti, las autoridades y los maestros hicieron las mejores alabanzas de este tratadito. La Unit… Cattolica dijo de él que era el libro más a propósito para las clases elementales y el primero en su género que se publicaba en Piamonte. Era, además, un libro importante para poner en regla los negocios materiales, puesto que una contabilidad ordenada es una defensa (**Es2.365**))
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