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((**Es2.321**) el nombre de Familia de San Pedro, que tiene por fin proveer al triste abandono en que se encuentran tantas pobres muchachas ((**It2.424**)) que, por una u otra razón, no encuentran quien les provea de pan o de trabajo 1. Compañero de seminario de don Bosco y conocedor del gran bien que éste hacía con un ministerio semejante al que él se dedicaba, ese digno sacerdote, cuando le sobraba algún tiempo en los días festivos, corría con gusto a ayudar al amigo y se prestaba de buen grado para asistir, dar catecismo, predicar o cualquier otro caritativo servicio. -Qué te pasa?, preguntó a don Bosco apenas lo vio; nunca te he visto tan triste. Alguna desgracia? -Desgracia, no; pero, apuro sí y muy grande. Hoy es el último día que puedo disponer de este prado. Es ya tarde, debo decir a mis hijos dónde se reunirán el domingo próximo, y todavía no lo sé. Este buen hombre me dice que hay cerca de aquí un local que tal vez me convenga y me invita a ir a verlo. Echame una mano. Hazte cargo un momento de esta chiquillería que juega, mientras yo voy a verlo y vuelvo enseguida. ((**It2.425**))-Estoy a tu disposición, añadió enseguida don Pedro; vete tranquilo y haz las cosas con toda comodidad. Don Bosco acompañado de Pancracio, fue hasta donde le aguardaba el señor Pinardi. Llegado al lugar, cercado de huertos, prados y campos, vio una casucha de planta baja y un piso, con una escalera y galería de madera carcomida en la que reconoció la casa de mala fama, que varias veces había visto en sueños. Don Bosco quiso subir al piso superior, pero Pinardi y Pancracio le dijeron: -No, el sitio para usted está aquí detrás. Y lo llevaron allá: era un cobertizo alargado en plano inclinado, o mejor dicho, muy inclinado, tanto que por un lado tenía poco más 1 Esta Institución está todavía floreciente, y produce frutos consoladores. De ella salen cada año muchas jóvenes rehabilitadas para la familia y la sociedad, buenas cristianas, ciudadanas ejemplares y aptas para ganarse honradamente el pan con el trabajo de sus manos. La Institución misma se cuida de colocar a las que salen y que han observado buena conducta. Hoy día, aunque para aceptarlas se da preferencia a las procedentes de lugares de castigo, con todo también se recibe a las que sólo han estado o están en peligro, muchas de las cuales terminan por quedarse allí para toda la vida, o también, consagrándose al Señor en el mismo Instituto, formando parte de las así llamadas Arrepentidas. La Institución está dirigida por las Hermanas Vicentinas del Venerable Benito Cottolengo. Recordando la buena amistad de los fundadores, las dos Instituciones siguen ayudándose mutuamente, trabajando las asiladas en favor de los muchachos y Misioneros de don Bosco, y los Sacerdotes Salesianos prestándose con frecuencia a los servicios del sagrado ministerio en favor de las mismas. (**Es2.321**))
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