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((**Es19.89**) entretejida con hechos prodigiosos, que se podía decir que lo sobrenatural se había convertido en algo natural en torno a don Bosco. Tanto es así que se lee en una carta de nuestro mismo Padre, del año 1867, fecha de su segundo viaje a Roma, que <>. Y lo mismo durante su vida, que después de su muerte, ha seguido asistiendo a sus hijos y a sus amigos con suaves y admirables inspiraciones, favoreciendo con milagros y gracias innumerables a los fieles que confiadamente recurrían a él. Pero nuestra alegría aumenta cuando reflexionamos sobre los caminos admirables de la Providencia y vemos que este deseado Decreto, preludio de la solemne Beatificación de nuestro Venerable Padre, es ordenado por Vuestra Santidad al día siguiente del grandioso ((**It19.98**)) e histórico suceso del arreglos de la Cuestión Romana, que constituyó el ansia, el deseo, y, >>por qué no decirlo? el tormento de muchas almas buenas; y en la que tanto cooperó el Venerable don Bosco, con todo su afecto y celo sacerdotal, interponiendo en momentos críticos, penosísimos y delicados, su apreciada y feliz mediación para que resultaran menos tensas las relaciones entre el Gobierno de su tiempo y la Santa Sede. Y para conducir a buen puerto su mediación, subía él y hacía subir a las mayores alturas <>, para llegar a las cumbres donde la visión resulta -y son palabras muy recientes de Vuestra Santidad- grandiosa y sublime. <>. E insistía en que, ante todo, se antepusiese el bien de las almas. Me alegro esperando que agradará a Vuestra Santidad el recuerdo de este documento, no conocido por todos, sobre la conformidad de las altas miras y los sentimientos superiores de nuestro Venerable Fundador con los supremos, altísimos ideales que han guiado y conducido tan felizmente a Vuestra Santidad a superar las inmensas dificultades que se oponían a la grandiosa obra, que, sonada la hora de Dios y no en vano esperada, finalmente se ha realizado para bien del universo mundo, devolviendo Italia a Dios, Dios a Italia y la paz tranquilizadora de la conciencia de muchas almas buenas en todo el mundo. íOh, cómo se alegrará por la verificada composición y los grandes frutos de bien que de ella brotarán, nuestro Venerable Padre que, por encima <> 1. íY cuánto se alegran con él, por el conseguido acuerdo y por la feliz coincidencia del actual Decreto, todos sus hijos y <> -como Vuestra misma Santidad dijo en el discurso citado. En nombre también de todos los Exalumnos, de esta gran Familia Salesiana que <(**Es19.89**))
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