Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es19.38**) Fue después a Roma, el nueve del mismo mes, y allí el cardenal Parocchi le dirigió a monseñor Caprara, promotor de la fe en la Sagrada Congregación de Ritos, para que recibiese de él explicaciones precisas sobre el modo de enfocar la Causa. El Prelado había dicho el año 1887 a un amigo suyo, señalando a don Bosco: -He ahí a uno cuya Causa se hará, y me tocará a mí hacer de abogado del diablo. No pensaba entonces, probablemente, que el pronóstico estuviera tan cerca de su cumplimiento. Con verdadero interés dio a don Miguel Rúa instrucciones sobre todo, ofreciéndose a continuación para cualquier necesidad. Las normas recibidas ayudaron muchísimo a don Miguel Rúa, que no habría podido encontrar mejores indicaciones, ni más seguras, en un asunto tan nuevo para él. Monseñor insistió mucho en la oportunidad de recoger la mayor cantidad de datos respecto a milagros y gracias obtenidas después de la muerte del Siervo de Dios y acompañados con todos los documentos posibles 1. Por fin, le recomendó calurosamente el Cardenal que se escribiera lo antes posible lo referente a la vida de Don Bosco. A la hora de despedirse, fueron éstas sus últimas palabras: -Le recomiendo la Causa de don Bosco. ((**It19.34**)) A su vuelta a Turín, informó don Miguel Rúa al Capítulo de todo cuanto había oído en Roma. En consecuencia, y a propuesta de don Celestino Durando, se encargó a don Juan Bonetti que, con la ayuda de don Joaquín Berto, redactase un resumen de los hechos y virtudes de don Bosco, invitando a ello a cuantos tuvieran noticias importantes que comunicar. Para facilitar la búsqueda, se decidió enviar a las casas una circular, pidiendo a los Salesiamos que dijesen todo aquello de lo que habían sido testigos, y publicar en el Boletín un aviso rogando a cuantos poseyeran autógrafos, que enviaran los originales o copias debidamente legalizadas. En vez de escribir una circular especial a los Hermanos, don Miguel Rúa les rogó encarecidamente en su primera carta como Rector Mayor, que escribieran y enviaran todo lo que supieran sobre los hechos de la vida de don Bosco, sobre sus virtudes teologales, cardinales y morales, sobre sus dones sobrenaturales, sobre curaciones o profecías, visiones y cosas semejantes. Ponía en guardia a los relatores, recordándoles que, luego, podían ser llamados para confirmar con juramento las cosas referidas; que emplearan, por tanto, la mayor fidelidad y exactitud 2. 1 Carta de don Miguel Rúa a don Juan Bonetti, 20 de febrero de 1888. 2 Turín, 19 de marzo de 1888.(**Es19.38**))
<Anterior: 19. 37><Siguiente: 19. 39>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com