Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es19.180**) su Vicario, que agradecer a don Bosco y a sus Hijos el bien que han hecho y hacen por todas partes. Sonríe en nuestro corazón y brilla en nuestra alma el pensamiento de un porvenir todavía mejor, que no puede faltar después de un pasado tan espléndido y un presente tan lleno de seguridad. Os agradecemos, por tanto, queridísimos hijos, haber querido asociar el nombre del venerado don Bosco a nuestro pobre nombre; haber unido, queridos hijos, lo que podéis considerar vuestro jubileo con el jubileo del Papa, tomando una parte tan viva en nuestros acontecimientos personales y uniéndoos a nuestro día onomástico. ((**It19.212**)) Os agradecemos muy particularmente que hayáis querido unir el nombre del Papa al nuevo Centro Profesional que, con el templo de María Auxiliadora al lado, pretende constituir un centro de multiforme actividad, fecunda de bien. Colocamos estas Escuelas entre las más hermosas obras que la Providencia se ha dignado sembrar en este año de nuestro Jubileo; y rogamos por ello de todo corazón a Dios que se digne bendecir sin medida la nueva obra y todo el complejo de las obras salesianas: obras de glorificación divina y de salvación humana. Frente a obras tan hermosas y tan grandes Nos gusta repetir una frase que ya nos han oído muchos: <>. Pero hablando a los Hijos y a las Hijas de don Bosco, preferimos dirigir otra palabra recogida de los mismos labios de don Bosco. En efecto, cuando, en aquel nuestro primer año de sacerdocio, Nos congratulábamos con don Bosco por la preciosa obra iniciada, por las escuelas y talleres tan bien montados, con los adelantos más completos y modernos de la mecánica, el querido don Bosco, con su sonriente sencillez y la viveza de ingenio que todos advertían siempre en él, Nos respondió: -íAh, en esto don Bosco quiere ir siempre a la vanguardia del progreso! Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora deben ir y desear ir siempre a la vanguardia del progreso. Con esta segura y consoladora previsión impartimos la bendición que vosotros, queridos hijos, habéis venido a pedir al Padre en su casa, que es también la vuestra. Bendición que queremos llegue a los presentes y a todos los que tan bien representáis. >>Cuántos son? Ciertamente son una inmensa multitud en el mundo, una multitud innumerable como las arenas del mar. Y grande como las innumerables arenas del mar era el corazón del Beato don Bosco. Con esa visión mundial de obras, de cosas, de apostolado, de trabajo y sobre todo de personas -entre las cuales colocamos en el puesto de honor a las que combaten en las trincheras de la fe, es decir, a los Misioneros y a las Misioneras- Nos disponemos a dar la Bendición Apostólica, pidiendo al Señor los mayores favores del Beato don Bosco y su más valiosa intercesión. La frase de don Bosco, que quería ir siempre a la vanguardia del progreso, se la apropió el Papa el 19 de noviembre de 1930, con motivo de bendecir e inaugurar la nueva Central Telefónica en la Ciudad del Vaticano. La instalación telefónica era un regalo de la Telephone and Telegraph Corporation de Nueva York. Al dar las gracias a los donantes y referirse ((**It19.213**)) a su noble intención de querer que su regalo fuese digno de la Sede del Vicario de Jesucristo, dijo que aquella intención añadía algo a todo el admirable complejo de la obra realizada, a la elegancia, a la utilidad y a la perfección de regalo tan (**Es19.180**))
<Anterior: 19. 179><Siguiente: 19. 181>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com