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((**Es18.719**) ((**It18.852**)) DOCUMENTOS Y SUCESOS ANTERIORES I Don Bosco en el santuario de Oropa en 1863 Hay un documento inédito que nos da a conocer un episodio que le sucedió a don Bosco en su visita al célebre santuario de Oropa en Biella el año 1863. Es una carta del padre Joaquín Sella, primo del célebre Quintino y superior de los Filipenses de Biella, al padre barnabita Carlos Vercellone, natural de Sordevolo (Biella), conocidísimo por los estudiosos de las ciencias bíblicas. Está en posesión del padre barnabita José Roberti, natural de Rioglio (Biella). El padre Sella, el 10 de agosto de 1863, pocos días, por tanto, después de la partida de don Bosco de Oropa (véase LEMOYNE M. B., vol. IV, pág. 403 y VII, pág. 425) refería a dicho padre la intención que don Bosco le había manifestado de escribir la historia del Santuario de Oropa; y después proseguía: Mientras se encontraba cerca de la Santa Capilla, vio, entre los que deambulaban alrededor contemplando los santos exvotos, algunos señores engreídos, que decían disparates y se burlaban de la credulidad y necedad de los pueblos, al aceptar como grandes verdades las mil cosas que los curas soltaban... sobre la verdad de los milagros ocurridos y allí representados. Y mientras así hablaban en voz bastante clara para que don Bosco allí presente les oyera, con los ojos fijos le invitaban a entablar cuestión con ellos. Entonces él, con su acostumbrada sencillez, les preguntó si podía visitarles tranquilamente en su habitación y, una vez puestos de acuerdo, fue prevenido por los mismos y visitado por ellos en su propia habitación, donde, después de algunos cumplidos y de protestar que eran buenos católicos, renovaron sus invencibles dificultades sobre todas las admirables cosas dichas anteriormente. Don Bosco, sentado y tranquilo en medio de sus tres agresores, les dejó hablar cuanto quisieron y después, dirigiéndose al principal de ellos, con admirable dulzura empezó a hacerle reconocer que la cosa no era imposible, repasando uno a uno los diversos prodigios y sucesos que se encuentran en la misma Sagrada Escritura: apariciones de ángeles, resurrecciones de muertos, etc. Una vez obtenida esta posibilidad, pasó a preguntar el motivo ((**It18.853**)) or el cual no se quería creer en los mismos y en otros hechos semejantes, creídos, vistos públicamente, privadamente en Oropa y admitidos por personas doctas... eclesiásticos... seglares, generales, etc. Ante tan inesperada argumentación, se echaron a reír, se despidieron cortésmente, sin saber qué decir en contrario y dándole la razón en todo. Pero no acabó aquí la cuestión. Al atardecer de aquel mismo día, el principal de los tres se presentó a don Bosco, le pidió confesarse con él y se confesó con indecible satisfacción, Al preguntarle don Bosco qué le impulsaba a confesarse, respondió: -He visto, después de la reunión que hemos tenido, varias gracias atestiguadas por coroneles, generales de la armada, y dije para mí: Estos hombres no son unos bobos; por tanto, soy yo quien está fuera de camino, etc. El relato del padre Sella está simplemente escrito; pero, como dice el canónigo Buscaglia en Eco del Santuario d'Oropa (abril, 1936), <(**Es18.719**))
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